jueves, 3 de noviembre de 2005

Desde la tribuna de béisbol

Parece que la manipulación de los dueños de los equipos va ha seguir arrasando con los ciudadanos y fanáticos de este deporte. “Todo por el deporte” es el slogan de los dueños de las empresas enviciadoras de producción y distribución de bebidas alcohólicas. ¿Quién se come el cuento de que es todo por el deporte? Para nadie es un misterio que estas corporaciones que manejan millardos y que pertenecen a sujetos como Gustavo Cisneros, la familia Mendoza (Polar) y otros de dudosa reputación, se monten sobre el deporte y los eventos “culturales” para invadir los espacios con basura publicitaria. Es en este hecho que descansa la tranquilidad de tener a las generaciones que están abriendo los ojos atrapadas en el consumismo frenético a que estas corporaciones apuestan para mantener este canalla modus operandi de hacer dinero y debilitar voluntades. Venezuela consume cerveza de manera desquiciada, impulsada por campañas que sin ningún tipo de regulación son desplegadas a todo lo largo y ancho de nuestra geografía. En los estadios es una aventura extrema departir con los “fanáticos” ya que se forman grupos de desadaptados que consumen estas bebidas, fuman cigarrillos irresponsablemente y envalentonados por la gregariedad atropellan a familias con niños, ofreciendo un ejemplo discordante con la alegría del evento deportivo. Las licorerías están abiertas de par en par hasta las nueve de la noche para que se abastezcan de todo tipo de brebajes para aguantar en un vehículo o en una esquina hasta altas horas de la madrugada libando y botando las botellas por allí, en nuestros espacios públicos, donde sea, ya que “haces lo que sea por una Reg....” o “la vida es una Rumba” “Únete a la Rumba IC...” , “¿Vas a arrugar?”, etc., etc., atropellando al colectivo de ciudadanos que hacen dignamente una vida respetuosa y considerada.
Nuestra convivencia ciudadana está supeditada a los dictámenes de estos mercachifles que sin ninguna imaginación se atreven a violentar la dignidad de la mujer y además idiotizan al ciudadano haciéndolo presa de una moda “cool, ice y light” que la mencionan como tendencia para que nos entre lubricada la orden de responder a un consumismo irracional de productos alcohólicos que son perjudiciales para la salud y directamente causantes de conductas inapropiadas que afectan la convivencia ciudadana.
Como siempre hago un llamado a la apertura de espacios de discusión sobre estos temas que son fundamentales para asumir derechos y deberes constitucionales, proteger nuestras instituciones y llenar de cariño nuestra convivencia.
Noviembre 2005
Gonzalo Briceño bocono@yahoo.com

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