Con satisfacción de afinidad ideológica habla Federico Engels de Robert Owen: “…..Se entregó directamente a la clase obrera, en el seno de la cual actuó todavía por espacio de treinta años”. A continuación expresa que todos los progresos reales a favor del proletariado inglés están asociados al ilustre utopista. El parentesco con el marxismo cuando proclama a la clase obrera como eje de la revolución social, parece quedar bien establecido. Tal conexión toma mayor fuerza en el análisis que hace Owen sobre la Revolución Industrial y afirma que todas las riquezas generadas por ésta se deben a la clase obrera. Es más, como lo sostiene textualmente: “a ella [la clase obrera] debían pertenecer sus frutos” (de la Revolución Industrial).
Owen, al igual que Fourier, desarrolla la tesis de que el trabajo es la fuente de toda riqueza y, además, que constituye la medida del valor, tesis familiar al concepto marxista del trabajo y la teoría del valor y de la plusvalía. No otra cosa sucede con la idea fundamental del utopista de acuerdo con la cual todos los males, como desempleo, hacinamiento, desarraigo, pobreza, etc., se deben al capitalismo, cuya eliminación es esencial para dar paso a una sociedad superior, puesto que, además, según sus propias palabras, "el sistema social existente ha caducado”. Dentro de esa crítica al capitalismo, Owen impugnó poderosamente la propiedad privada, la deformante división del trabajo, el endiosamiento de los beneficios, los efectos nocivos de la competencia, las crisis de superproducción.
Pero la conexión con el marxismo no se limita a lo anterior. Al profundizar su crítica de la propiedad privada, Owen puso énfasis en el papel de aquélla en la degradación ética de todos los sectores sociales y en su función de factor de guerra entre los pueblos.
Importante idea de Owen el poner de relieve la doble significación de las grandes fuerzas surgidas de la Revolución Industrial: en el capitalismo, sostenía, esas gigantescas fuerzas productivas sirven al enriquecimiento de unos cuantos y a la esclavización de las masas, pero, a la vez, forman la base para la reconstrucción de la sociedad sobre el fundamento de la propiedad colectiva sobre aquellos medios. El enlace de este planteamiento con las tesis del marxismo sobre los factores de la sociedad futura resulta casi axiomático.
En el terreno de estas afinidades, es de destacar la labor oweniana como inspiradora de las cooperativas, a las cuales tanta significación atribuyen Marx, Engels y Lenin en el proceso de construcción de la sociedad socialista. Asimismo, también es de ponderar la tesis de la educación como actividad teórica y práctica y la idea de la necesidad de combinar el trabajo manual y el intelectual. Semejante conexión utopismo socialista-marxismo también se detecta en la idea oweniana del desarrollo multilateral de la personalidad.
Y una conexión vital entre socialismo oweniano y marxismo: la entrega integral a la causa de la clase obrera y del pueblo, como no lo hizo ninguno de los otros utopistas.
Owen, al igual que Fourier, desarrolla la tesis de que el trabajo es la fuente de toda riqueza y, además, que constituye la medida del valor, tesis familiar al concepto marxista del trabajo y la teoría del valor y de la plusvalía. No otra cosa sucede con la idea fundamental del utopista de acuerdo con la cual todos los males, como desempleo, hacinamiento, desarraigo, pobreza, etc., se deben al capitalismo, cuya eliminación es esencial para dar paso a una sociedad superior, puesto que, además, según sus propias palabras, "el sistema social existente ha caducado”. Dentro de esa crítica al capitalismo, Owen impugnó poderosamente la propiedad privada, la deformante división del trabajo, el endiosamiento de los beneficios, los efectos nocivos de la competencia, las crisis de superproducción.
Pero la conexión con el marxismo no se limita a lo anterior. Al profundizar su crítica de la propiedad privada, Owen puso énfasis en el papel de aquélla en la degradación ética de todos los sectores sociales y en su función de factor de guerra entre los pueblos.
Importante idea de Owen el poner de relieve la doble significación de las grandes fuerzas surgidas de la Revolución Industrial: en el capitalismo, sostenía, esas gigantescas fuerzas productivas sirven al enriquecimiento de unos cuantos y a la esclavización de las masas, pero, a la vez, forman la base para la reconstrucción de la sociedad sobre el fundamento de la propiedad colectiva sobre aquellos medios. El enlace de este planteamiento con las tesis del marxismo sobre los factores de la sociedad futura resulta casi axiomático.
En el terreno de estas afinidades, es de destacar la labor oweniana como inspiradora de las cooperativas, a las cuales tanta significación atribuyen Marx, Engels y Lenin en el proceso de construcción de la sociedad socialista. Asimismo, también es de ponderar la tesis de la educación como actividad teórica y práctica y la idea de la necesidad de combinar el trabajo manual y el intelectual. Semejante conexión utopismo socialista-marxismo también se detecta en la idea oweniana del desarrollo multilateral de la personalidad.
Y una conexión vital entre socialismo oweniano y marxismo: la entrega integral a la causa de la clase obrera y del pueblo, como no lo hizo ninguno de los otros utopistas.
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