(Artículo publicado originalmente en Todosadentro del 7 de octubre de 2006)
“¡Rosales la emprendió contra los parchas!”, casi me gritó un amigo a través del teléfono. “Acaba de decir que la homosexualidad es una aberración”.
Mi amigo estaba lo que se llama chorreándose de la risa. Apenas un par de días antes un individuo al que ambos conocemos, perteneciente al escualidismo cultural, al antichavismo de arte y ensayo, había participado en la Marcha de los Pendones contra el autócrata militarista que nos desgobierna y que ahoga a la sociedad civil. El sujeto en cuestión es homosexual declarado, una manera técnica de decirlo porque sería igualmente veraz afirmar que es una loca perdida.
“¿Qué va a hacer ahora Fulanito? (protejo su identidad, claro)” -me preguntó el pana-. “El pensaba que en el gobierno de Rosales se iba a poder casar con su Negro”.
En verdad, la situación del culturoso gay es comprometida. El vaticinaba que este rrrrrégimen comunista iba a reprimir de un momento a otro a los homosexuales. ¿En qué se basaba para decir eso, si más bien la Constitución del 99 es bastante amplia en cuanto a derechos sexuales? Bueno, se basaba en que Chávez es un teniente coronel y ya sabemos que esos tipos son machistas y odian a los afeminados.
Ahora resulta que Rosales, civil y todo, candidato de la sociedad democrática y tal, es tremendo troglodita. Y eso que su jingle es “¡Atrévete, salte del closet!”.
Mi amigo comentó que si Rosales fuese un candidato presidencial europeo, con esta declaración se habría echado un ancla al cuello. Pero con este personaje ha quedado demostrado que tener el apoyo de los medios de comunicación no es un lujo menor para un candidato presidencial.
El cartel mediático taparea los errores, embellece las performances, maquilla las miserias.
La única que se salió del coro (honor a quien honor merece) fue la escritora antichavista Milagros Socorro, quien le reclamó a Rosales su cortedad de visión, lo atrasado de su punto de vista, lo draconiano de su criterio. Pase algo pa’ los panas, era la esencia de su artículo.
El resto de la maquinaria comunicacional que respalda al candidato se ha encargado de echarle tierra a la gaffe. “Es que él es muy macho”, dijo un vocero al ser interrogado al respecto. “Su valor es la sinceridad, siempre dice lo que piensa”, explicó otro.
En privado, un rosalista frenético me lo explicó todo: “No lo subestimes, él no es bruto. Cuando le preguntaron eso tuvo que decir lo de la aberración porque si no se metía en problemas con el santurrón de Bush. Acuérdate que él puede meterse con el santo, pero no con la limosna”.
José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario