domingo, 30 de octubre de 2005

CARDENAL A LA BRASA

(Publicado originalmente en Todosadentro, sábado 29 de octubre de 2005)

No entiendo a los inconformes que acusan a la Iglesia de seguir en la Edad Media. Es verdad que se empeña en el celibato, no permite mujeres sacerdotisas, ni matrimonios homosexuales, pero sí ha habido avances. Por ejemplo, en otra época mandaban a las brujas a la hoguera. La Inquisición era implacable y por cualquier sospecha de nigromancia te cocinaban como carne en vara. En cambio, en esta entrada del siglo XXI, hasta los mismos príncipes católicos pueden andar por ahí de ganchos con conocidas hechiceras y empatarse en una de Halloween, sin riesgo alguno de enfadar al Santo Oficio.
En verdad os digo que si estuviésemos en el medioevo, para abrirle un expediente a monseñor Rosalio Cardenal Castillo ante un tribunal de la fe bastaría con tomar nota de los individuos con quienes se junta: demonios mayores y menores; íncubos y súcubos; fariseos de toda laya, iscariotes y truhanes, forman el séquito del purpurado rebelde. Nadie que ande en semejante aquelarre puede tener pura el alma, por mucho que antes haya sido panita burda de San Juan Pablo II, el que ascendió al cielo en cuerpo y alma, emulando a Remedios La Bella.
En su defensa, el cardenal podría alegar que está tratando de salvar a la sarta de mefistófeles mediáticos y zombies políticos. Pero un fiscal avisado demostraría que todo prueba lo contrario: Su Eminencia parece que se dedica a atizar las bajas pasiones de esa comparsa diablesca.
La espeluznante feligresía del “Cardenal 350” es un cortejo de almas en pena que requieren una palabra orientadora. Pero lo que obtienen de él son unos sermones sulfúricos que del Evangelio apenas toman los versículos más sombríos del Apocalipsis ¡Vade retro! Al día siguiente de esas misas negras (disculpen los negros, pero así las llaman), con la fuerza perniciosa que le insuflan las arengas, aquella gente sale a colgar esqueletos en los puentes o a dejar en sitios públicos auyamas de noche de brujas, rellenas no de caramelos -como pasaba en La pequeña Lulú-, sino de mensajes de odio y muerte. Por sus hechos los conoceréis, dice la Biblia.
Pero -está dicho antes- hemos progresado mucho. Así que, pese a lo repudiables que son los frecuentes descensos de monseñor a los infiernos, debemos celebrar que la Iglesia ya no purifique sus ovejas descarriadas poniéndolas directamente a la brasa. Con todo, es mejor tener una oposición púrpura que invoca el tres cincuenta y no un purpurado asado en término de tres cuartos.
José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com

miércoles, 26 de octubre de 2005

ESTE ES EL UNICO PAÍS... RAYMA 14 DE OCTUBRE

Si, señorita Rayma, su adivinanza fue sumamente fácil para mí, usted se refiere lógicamente a Inglaterra cuando en su caricatura de hoy dice, “Este es el único país donde los piratas son honrados, el príncipe es malo y la brujas son hermosas” El pirata es nada menos que Francisco Drake, (1543 –1596) pirata que saqueó a medio mundo desde las islas Canarias, pasando por Cartagena de Indias, las costa Chilenas, hasta llegar a San Francisco. Ese famoso pirata es honrado en Inglaterra desde hace muchos años se le denomina como “Sir Francis Drake”.
“El Príncipe Malo” es Carlos de Inglaterra o es que no recuerda usted las que le hizo pasar a Diana y por ello lo detestan no solo en su país sino el mundo entero, y la “Bruja Hermosa”, es Camilla. Carlos de Inglaterra siempre la ha visto así.
Ve señorita Rayma, que Inglaterra “es el único país” a quien se refiere usted, porque lo que es Venezuela, nunca ha tenido piratas y honrados menos, príncipes tampoco y en cuanto a brujas, las hemos tenido y las tenemos por montones pero nunca las hemos considerado hermosas.
Gil Ricardo Salamé Ruiz

domingo, 23 de octubre de 2005

SIN PEROLES

(Originalmente publicado en Todosadentro sábado 22 de octubre de 2005)
“Mejor celebramos cuando los veamos irse. El anuncio me ha emocionado mucho, pero no es suficiente”, dijo Pancho Ciro cuando los compañeros de antiguas luchas le propusieron montar un gran acto cultural y político para festejar la salida del país de las Nuevas Tribus.
Pancho Ciro, un nombre postizo a petición de la parte interesada, dedicó muchas energías juveniles a denunciar la vergüenza de una colonización tan infamante como la que comenzó en los años 1.500, pero que era llevada a cabo en el siglo XX. Pintó pancartas, escribió proclamas incendiarias, organizó manifestaciones, se fue de activista mochilero a engordar zancudos en San Carlos de Río Negro, firmó denuncias que se le hicieron llegar a todo ser u organización que pudiera tener algo que decir o influir en el bochornoso asunto, desde la Santa Sede hasta Geenpeace.
A consecuencia de estos desvelos se ganó el sambenito de revoltoso, un expediente en la Disip y, años más tarde, un cúmulo de dificultades para obtener la visa de Estados Unidos, pues es bien sabido que los grandes poderes logran que los escándalos sobre sus abusos y miserias se olviden pronto, pero ellos nunca olvidan a quienes hicieron las denuncias.
Pancho Ciro estaba retirado de esa pelea. Su última esperanza la había tenido en 1999, cuando se percató de que Hugo Chávez tenía en su primera línea de colaboradores al antropólogo Alexander Luzardo, uno de los más consecuentes y esclarecidos expertos en la penetración pseudo-religiosa en la selva venezolana del espionaje de Estados Unidos y su famoso complejo industrial-militar.
Pancho Ciro nunca entendió por qué Chávez no nombró ministro del Ambiente al “Cojo” Luzardo, de modo que, decepcionado una vez más, se dedicó a otros asuntos. Su sorpresa fue mayúscula cuando el pasado 12 de octubre, el Presidente dijo lo que dijo. El hombre está optimista, pero ha pasado tantos años viendo fracasar buenos propósitos e iniciativas loables, que prefiere esperar. “Ver para creer”, es su lema de revolucionario curtido de sol y desengaños.
“Eso sí, le sugiero al Presidente que revise sus palabras de ese día. El dijo algo así como ‘que recojan sus peroles y se vayan’. Yo espero que el Gobierno no sea tan ingenuo y que antes de permitirles irse inspeccione muy bien esos peroles. Yo, que conozco el proceder de esa gente, puedo decir que si no los revisan, se van a llevar hasta el Cristo que Chávez lleva en el bolsillo”, advierte Pancho Ciro. Está dicho.
José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com

martes, 18 de octubre de 2005

MIEDO IMPERIAL

"El sistema de gobierno mas perfecto es aquel que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y la mayor suma de estabilidad política". Simón Bolívar
Con apenas dosmil seiscientos setenta y dos palabras, cantidad mínima comparadas con las que acostumbra utilizar en sus extensos discursos, el presidente Hugo Chávez, como se dice popularmente, alborotó el avispero en la Sexagésima Asamblea general de la Organización de las Naciones Unidas el 15 de setiembre de 2.005, al poner en relieve las deficiencias de la ONU para corregir las iniquidades que ocurren en el mundo y la responsabilidad de unos pocos gobiernos en la progresiva destrucción del planeta.
Previendo esto, y por sentirse aludido, el gobierno de los Estados Unidos puso numerosos obstáculos, como el no otorgamiento de las visas al personal médico y al personal de seguridad, permitir el aterrizaje del avión presidencial solamente a una gran distancia de la sede de la ONU, etc. con tal de evitar la participación del presidente venezolano en el foro mundial.
Pero ¿Cuál es el temor del imperio más poderoso que ha existido sobre la faz de la tierra? Si cuenta con las armas más sofisticadas capaces de reducir a cenizas cualquier pueblo desde tierra, desde los mares o desde el espacio exterior y, además, cuenta con grandes corporaciones diseminadas en los lugares más remotos del planeta y con los más poderosos medios de comunicación. ¿Cuál es el miedo a un país ubicado en su patio trasero?
. La práctica de la política exterior de los Estados Unidos es el amedrentamiento, la amenaza y el soborno y cuando esta no funciona la torpeza se hace presente y es la torpeza de ese país la que ha predominado en las relaciones con la República Bolivariana de Venezuela en los últimos seis años.
A este torpe predominio el presidente Chávez le saca provecho identificando al principal enemigo de los pueblos oprimidos, se los hace saber y estos le responden, por ejemplo, en el caso de nuestros países han echado para atrás muchas de las proposiciones que hiciera el imperio en el seno de la OEA o sumándose cada día mas a las diferentes propuestas de integración regionales.
En cuanto a los otros continentes también las repuestas no se han hecho esperar, se han abierto nuevas relaciones y se han fortalecido las ya existentes, sobretodo con países que están jugando un papel protagónico a nivel mundial como la India, La China y Rusia.
Es el despertar, es la voz en alto y la solidaridad de los pueblos lo que provoca miedo al país del norte.
Caracas, 04-10-2.005.

lunes, 17 de octubre de 2005

CRITICONERÍA SOCIAL

Estaban destrozando a Castro Soteldo de una manera tan feroz que pensé, en un principio, que se trataba de un almuerzo de escuálidos. Si embargo, noté que no usaban términos como “el rrrrrégimen” o “el autócrata”, ni hicieron referencia a los pobrecitos "presos políticos". ¡Qué raro!, me dije. El misterio quedó resuelto cuando uno de ellos dijo la palabra mágica: “contraloría social”. Eran, pues, chavistas en son de crítica al proceso.
Perdí un poco el hilo de la conversación que se desarrollaba en mi propia mesa para aguzar el oído hacia el diálogo de los vecinos. Hablaban de la Feria Internacional de Turismo de Caracas (Fitcar2005) y había dos cuestionamientos básicos. Los de línea dura afirmaban que aquello fue un acto procapitalista, sifrino, una hoguera de vanidades en la que se le dio tribuna mundial a conocidos enemigos de la revolución, en fin, algo difícilmente compatible con el proyecto socialista en marcha; el otro bando volaba a una altura mucho menor: se quejaba de que hubo demasiada cola.
Esa tarde, mientras intentaba vadear la legendaria hora del burro, reflexioné acerca del elástico concepto de la contraloría social, que sirve tanto para proponer un profundo debate ideológico, como para fregar la paciencia.
Hay contralores sociales para todos los gustos, tantos que tal vez será necesario ponerle contralores a los contralores para evitar que incurran en excesos.
Desde luego, nadie que realmente quiera cuidar la revolución puede oponerse a que ciudadanos empoderados supervisen los gastos de los funcionarios públicos o detecten cambios injustificables en su nivel de vida. Ningún partidario honesto del proceso puede negar la importancia de que los colectivos organizados verifiquen la ejecución de obras y cuiden de las misiones.
Pero da la impresión de que la contraloría social deriva a menudo en una criticonería fácil e injusta; en un suicida afán de sabotear la gestión de gente que está trabajando duro y de corazón.
Picoteo lecturas aquí y allá y tengo la impresión de que el resentimiento de algunos ex funcionarios, se transforma maliciosamente en “contraloría” de sus sucesores. Y sospecho que la contraloría es usada también como mecanismo para derrocar a gente cuyo puesto ambiciona el tal contralor.
Es hora entonces de autocontrolarse, porque cuando la contraloría social no pasa de mera criticonería, ya no es contraloría sino “contra”, a secas.
José Pilar Torres
(Publicado originalmente en Todosadentro, sábado 15-10-05)

lunes, 10 de octubre de 2005

Yankees no, Guillen sí

A la digna memoria de Alfonso “Chico” Carrasquel

Todos tenemos una –o varias- debilidades pro gringas. La mía son los Yankees de Nueva York.
Yo sé que se trata de una de las expresiones más acabadas del hipercapitalismo; entiendo que ese equipo una típica muestra de la globalización desenfrenada; comprendo que es una prueba de la terrible mercantilización del deporte; acepto que la presencia universal de sus símbolos son evidencia palmaria de la transculturización; admito que su nómina es una manifestación grosera de la danza de los millones en un mundo donde tantos infelices mueren de hambre. Pero me gustan los Yankees, no puedo evitarlo.
Para justificar esa pata coja revolucionaria he apelado a dudosos expedientes: que si los Yankees (el equipo, claro) son patrimonio de la humanidad; que si, por más ricos que sean el dueño y los jugadores, su sede está en el Bronx, que es como si aquí los Leones del Caracas, pese a ser propiedad –en mala hora- de los Cisneros, tuvieran su estadio en Gato Negro.
¿Por qué les cuento esto? No, no es que me haya equivocado de página, ni que pretenda quitarle lectores a la pana Jimmy López, experimentadísimo periodista deportivo. Se los cuento porque el otro día vi a unos batequebraos ligando contra Chicago bajo el retorcido, extrabeisbolístico y antipatriótico argumento de que Oswaldo Guillén es chavista. En su afán de no darle ni agua al Presidente, estos supuestos aficionados al béisbol rezaron para que el primer manager venezolano en Grandes Ligas fracasara en su empeño de avanzar a la postemporada.
Experimenté tal acceso de furia ante semejante traición al béisbol y al país, que he resuelto pedir licencia de mi afición yanquista y -al menos por este año- poner alma, vida y corazón en darle apoyo a los Medias Blancas.
Cuando esta nota aparezca publicada, probablemente ya estén definidas muchas cosas en las Grandes Ligas. Pero quise dejar constancia de este testimonio de un proyanqui beisbolero porque sé que no soy el único que, puesto en esta encrucijada, ha optado por el compatriota. Ni soy el único capaz de renunciar a una de sus pocas debilidades gringas, en favor de la apoteosis de un meritorio venezolano que, para colmo de felicidad, es amigo del proceso.
Por este año, entonces, la consigna –tanto dentro como fuera del béisbol- es ¡Yankee, go home!
(Publicado originalmente en Todosadentro, sábado 08-10-05)
José Pilar Torres

lunes, 3 de octubre de 2005

UNA MISA PARA RENNY

Si es verdad eso que dicen, que los muertos se revuelven en la tumba, Renny Ottolina debe estar haciéndolo, y con furia.
Renny denunció tempranamente la corrupción, el despilfarro y otros vicios de lo que él bautizó como la cogollocracia adecopeyana. Fue, que yo recuerde, la primera voz -¡y vaya que tenía voz aquel hombre!- capaz de hacer llegar ese mensaje al gran público. La izquierda nunca lo había logrado, enredada como estaba en sus discusiones librescas y en las miserias de sus líderes.
Era yo muchacho sin derecho a voto, pero me simpatizaba aquel discurso irreverente, a pesar de que en los círculos ñángaras que comencé a frecuentar por esa época, Ottolina era considerado un farsante, un remedio peor que la enfermedad, un agente de la CIA, un ultraderechista redomado. Yo siempre le concedí el beneficio de la duda, es lo menos que merece alguien que murió en el intento.
Bueno, anécdotas personales aparte, lo cierto es que Renny era antiadeco y anticopeyano en una época en la que estos partidos se repartían todo lo que había en el país, desde el Gobierno hasta las juntas de condominio.
Sus herederos políticos, su hija Rhona y el señor Gonzalo Pérez Hernández, denunciaron hasta el cansancio que aquello había sido un atentado. Juraron que la cogollocracia adecopeyana había ordenado su muerte.
Han pasado más de 27 años de aquel día, cuando se apagó de un soplo la ingenua esperanza de una parte del pueblo que ya comenzaba a rebelarse contra el nefasto puntofijismo. ¿Y qué tenemos? Pues, que el Movimiento de Integridad Nacional (MIN), el partido de aquel líder malogrado, será en diciembre la tarjeta morocha mediante la cual la oposición –incluidos AD y Copei, presuntos asesinos de Ottolina- tratarán de salvar sus arrugados pellejos.
Y, para colmo, los líderes de la vieja izquierda, que lo llamaban agente de la CIA, farsante y fascista, también se ha encaramado en el bote salvavidas del lince Pérez Hernández.
Un amigo, que alguna vez militó en el MIN y ahora es más chavista que Lina Ron, me dijo “no te engañes, no hay traición alguna, si Renny viviera hoy sería otro viejo cacatúo enemigo del proceso”. Yo prefiero creer que, al ver el uso que le han dado a su tarjeta (a la que, además, le borraron el emblema de los lentes), se revuelve furiosamente en la tumba. No estaría de más ofrecerle una misa para que su alma descanse en paz y brille para él la luz perpetua.
(Publicado originalmente en Todosadentro, sábado 1 de octubre de 2005)
José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com

domingo, 2 de octubre de 2005

MERCADITO SABATINO

Esto es Caricuao: Mercadito sabatino en la Urbanización Ruiz Pineda, Sector UD-7.