Comencemos por "aterrizar" en La Carlota
*Gonzalo Briceño (Mayo de 2005)
La Base Aérea Generalísimo Francisco de Miranda (BAGFM), mejor conocida como Aeropuerto "La Carlota", ubicada en el centro del este de la Sultana del Avila, es el único espacio público libre de urbanismo de nuestra ciudad capital y llamado a perfilarse como el Gran Espacio Público y solución para el encuentro de los ciudadanos en un ejercicio pleno de derechos para el disfrute de la extraordinaria belleza de nuestro ambiente natural.
Desde hace tiempo hemos visto el gran esfuerzo de inversión que se ha hecho con la instalación de una reja ornamental perimetral para definir este maravilloso predio que se disputa los límites de tres municipios (Chacao, Sucre y Baruta). También hemos sido entusiasmados por una visión soñada de disponer de ese extraordinario lugar como un parque de recreación y deportes al cual se accederá por el Parque del Este (norte) y que gozará de múltiples instalaciones que finalmente y con merecida justicia dispondremos los caraqueños.
Mientras, hemos ido cayendo en cuenta sobre los "argumentos" que se han manejado en este gran esfuerzo por contar con esta reja ornamental y perimetral que no interfiere con los planes soñados por los caraqueños, nos resulta paradójico que esta iniciativa fue negociada con empresarios informales (valleros) quienes pusieron sobre la mesa la propuesta de dotar de esta reja a cambio de la instalación en los límites de los predios de la BAGFM de un rosario interminable de mega-estructuras que como soportes de "basura publicitaria" tenemos que obligatoriamente tragarnos todos los que hacemos uso de otro espacio público adyacente como es la Autopista del Este y/o Francisco Fajardo violando todos los reglamentos de la Ley de Transito Terrestre.
Los ciudadanos estamos hasta el gorro con la invasión ilegal y violatoria de nuestros espacios públicos, no sólo por las vallas sino por otros métodos de atropello a la libre circulación y que al igual que los valleros tienen su cuota de responsabilidad.
Desde hace unos 30 años se dictaron decretos de expropiación de diferentes áreas de la ciudad de Caracas, como por ejemplo la Siderúrgica de La Yaguara y los terrenos de la General Motors en El Algodonal con sus bienhechurias. Las expropiaciones son un recurso importantísimo para el desarrollo orgánico de una urbe como la nuestra y desde hace mucho tiempo se hizo esa previsión ya que los espacios públicos son de importancia capital para el ejercicio de ciudadanía.
En esta zona del Suroeste, se tiene paralizado por mas de 25 años la culminación del Distribuidor de La Yaguara, hoy en día es un botadero de escombros del lado de Montalbán las colas y el desgaste de los vehículos en el Hospital Pérez Carreño y Carapita para acceder a la autopista son interminables y una perdida (horas/hombre) que pareciera no tomarse en cuenta.
En la Avenida Bolívar (Paseo Vargas) se permitió en los años 70 la construcción provisional de una central telefónica para suplir las líneas que demandaba el recién inaugurado complejo urbanístico de Parque Central y vemos hoy día como se está reconstruyendo la fachada de la "provisional" del Paseo Vargas como para que se quede por unos 20 años más. Todas estas políticas de previsión que algunos funcionarios deben de haber aplicado durante la IV con criterios obvios y apegados al sentido común, han sido "desaparecidas", o los que están en los cargos administrativos municipales hoy, no tienen idea que la ciudad tiene una MEMORIA.
Sólo pretendemos que se establezca una continuidad técnica sobre asuntos que nos ocupan a todos los ciudadanos.
La falta de una discusión sobre el desenvolvimiento del tránsito en nuestras ciudades ha hecho que nos "acostumbremos" ha vivir en un continuo caos, que viene a resultar en la convivencia violenta, egoística y falta de consideración en que tristemente participamos todos. Las ordenanzas municipales son ignoradas por los funcionarios y los ciudadanos no tienen asidero legal para hacerlas cumplir ya que el que está para recibir las denuncias le parece "normal" que existan todos estos atropellos.
La integración de la Avenida Boyacá con la Autopista Caracas – La Guaira, no admite mas demoras y la búsqueda de soluciones para los afectados tiene que tener una rápida e inapelable respuesta sin seguir poniendo trabas rebuscadas, sólo con el propósito de escurrir el bulto.
Caracas tiene solución y con sobradas propuestas, lo que hace falta es involucramiento de los ciudadanos en el debate y hacer una extensa campaña comunicacional para consensuar y contribuir a aceptar que la "afectación" de algunos va ha llevar al beneficio y disfrute de todos.
Nuestras ciudades requieren de nuevas vías de desplazamiento vehicular y ellas deben de tener los suficientes retiros y zonas de esparcimiento para el ciudadano, así como áreas verdes con jardinería paisajística y hacer de este trabajo una fuente de empleo agradecida por todos y bien remunerada.
Los ciudadanos plenos de derechos y deberes necesitan ejercitar sus cualidades humanas y sensibilizarse a que sólo con el continuo apoyo a intercambiar puntos de vista consustanciales con el sentido común se logrará despertar de esta pesadilla llamada la "sucursal del cielo" y comencemos por no esperar mas para tener una convivencia amorosa aquí en la tierra.
*El autor es publicista y escribe sobre temas de la ciudad
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