Por Emilio Silva
Profesor de la UBV
Tomista expulsado de la UCV
Es vivir para consumir y no consumir para vivir, es decir, pasar por la casa y vivir en el Sambil, y no vivir en la casa y pasar por el Sambil.
Es ser víctima inocente de la dictadura de los medios de incomunicación, que desde la niñez enseñan a vivir de la apariencia y no de la esencia.
Es ridiculizar la sensibilidad social que hacia "los condenados de la tierra" (Frantz Fanon) sienten las personas con bienes de fortuna.
Es hablar mal de Venezuela y su pueblo cuando se bebe whisky en un bar de Las Mercedes (y los más afortunados en Londres), y cuando se reúne para un almuerzo de negocios en un restaurante de Altamira (ídem en París).
Es culpar al pueblo venezolano de flojo e irresponsable por la pobreza que sufre mientras ese mismo pueblo le produce bienes y riquezas a esos parásitos y al imperio gringo que ellos admiran rastreramente.
Es preferir leer la revista Seventeen a un libro de Historia de Venezuela.
Es saber todos los chismes de farándula y concursos de belleza, e ignorar el proceso socio-histórico de la formación de Venezuela como nación.
Es discriminar a alguien que no tenga carros de lujo y no vista ropas de marca como ellos.
Es imitar las modas foráneas promocionadas en la televisión, y despreciar como de monos y marginales las tradiciones y costumbres criollas.
Es vestir la mente con franelas de los Backstreet Boys y Britney Spears, y mirar feo a los que visten el cuerpo con franelas de Alí Primera y Simón Bolívar. En pocas palabras, es hablar en español y pensar en inglés.
Es sentir dolor por los norteamericanos muertos en el W.T.C. de Nueva York, y no sentir nada por los hermanos latinos muertos del Barrio de Chorrillos cuando U.S.A. invadió a Panamá.
Es criticar con histeria escuálida la destrucción de la estatua de Colón como un acto de las turbas tierrúas de los círculos del terror, y no decir nada sobre el cívico derribo pacífico de la estatua del Cacique Guaicaipuro en Los Teques cuando se hicieron las guarimbas.
Es conformarse con ser alumno de un liceo grande cuando se debiera ser estudiante de una universidad, y graduarse para servirle a un explotador con el fin de aspirar a ser como él sin importarle que su trabajo beneficie o perjudique al pueblo que pagó la existencia de esa misma universidad.
Es escandalizarse por saber que hay estudiantes que no comen en McDonald's y no pueden comprarse los libros de estudio, para lo cual proponen que todo derecho humano (como el de la educación, la vida o la libertad de expresión) deben pagarlo quienes tienen más, y facilitarlo a un costo bajo a los estudiantes pobres (y no dárselo gratis... ¡Cero paternalismo para los tierrúos!, según los hijitos de papá), todo mediante un estudio socio-económico que convierta los derechos humanos de todos (y por ende gratuitos) en un privilegio de unos pocos (que puedan pagarlos).
Es ser adulador rastacuero de una aristocracia profesoral oportunista y decadente, y menospreciar junto a esta a otros miembros de la Comunidad Universitaria por su condición académica, su origen social o sus características raciales.
Es hacerse llamar sociedad civil cuando protestan, y llamar hordas y turbas a los pobres cuando estos hacen lo mismo.
Es ser cómodo para protestar poniendo un disco compacto de cacerolazos desde un balcón de lujo para no mojar su delicada piel con sudor.
Es estar a favor de Chávez si él fuera blanco y rubio de ojos azules, y hablara en un lenguaje abstracto y técnico para ser hipócrita como ellos, en lugar de hacerle críticas objetivas y constructivas.
¡Es vivir muriéndose de hambre en un rancho de un cerro, y pensar y querer actuar como ellos!
Emilio Silva
Correo electrónico: silvachapellin@yahoo.es
1 comentario:
Rara veces hago esto, pero este blog lo merece
El contenido de tu blog me da tristeza -y eso que soy venezolano, color cafe-con-leche y casado con una egresada de la UCV que no tuvo para comprar libros y tenia que estudiar con fotocopias prestadas.
Hay dos grandes problemas en Venezuela: la falta de educacion y la corrupcion. Esto no es nuevo, y da verguenza escuchar a la gente que pretende echarle la culpa de esto al Comandante.
Asi como da verguenza escuchar al Comandante culpar a Caldera. Asi como daba verguenza hace diez a#os escuchar a Caldera culpar a Carlos Andres... y asi sucesivamente. Nadie ha tenido los cojones de hacer "caida y mesa limpia" y comenzar de nuevo a construir el pais.
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