jueves, 8 de marzo de 2007

Mucho humor, poco público y casi nada de humildad, Laureano

(Artículo originalmente publicado en Todosadentro del 03-03-07)

Gracias a mi personalidad secreta me acerqué hasta Parque Carabobo el viernes de la semana pasada. Suponía que iba a ver a centenares de personas clamando por la libertad de expresión y exigiendo la revisión de la sentencia judicial que ha obligado al vespertino Tal Cual y al humorista Laureano Márquez a pagar una multa.

Lo primero que debo decir es que para quienes organizaron la protesta, la cantidad de manifestantes que acudió era como para borrarle la sonrisa a la Mona Lisa. Una agencia de noticias dijo que había 300 personas pero me temo que los muy echadores de broma contaron a los muchachos que juegan basket en la cancha ubicada al fondo, a los lateros que dormitan en los bancos de la plaza y hasta a los alumnos del liceo Andrés Bello que se jubilan de clase. Si hubiese habido al menos 100 cuerpos presentes, de seguro habrían trancado el tráfico de la avenida México, pero ni eso. En honor a la verdad – lo juro- no había más de 50 personas.

Lo más gracioso del asunto es que cuando a Laureano lo halaban los periodistas para que declarara “en vivo y en directo” para alguna televisora o emisora radial, él se lanzaba con una declaración memorizada en la que decía, palabras más, palabras menos que “este es un mensaje claro para quienes pretenden callarnos”.

Yo lo veía allí, sudando bajo el sol caraqueño del mediodía, con tan poquito público y me preguntaba ¿para quién dice Laureano que es el mensaje claro?

Luego hice un recorrido para detallar a los asistentes. El primer aspecto notorio era la ausencia de sangre nueva. En una profesión rebosante de chamas y chamos como es el Periodismo, lo que estaba en aquel lugar parecía producto de una fuga masiva del museo antropológico de la Prensa. Para no herir a las damas, baste decir que estaban Adolfo Herrera y Alexis Márquez Rodríguez. ¡Viva la juventud!

Lo otro digno de mencionar fue la participación de personajes de la picaresca política como Américo Martín, a quien algunos fregadores de la paciencia llaman “Norteamérico”. Que alguien me diga qué clase de humorista aceptaría en una manifestación a favor suyo a semejante concentrado de amargura con patas.

Sobre el organizador del acto, el secretario general del Sindicato de la Prensa, Gregorio Salazar, mejor no digo nada. Total, estamos hablando de personajes humorísticos, pero en ese renglón no se incluyen los que se han transmutado en una caricatura de sí mismos.

El momento cumbre fue –que duda cabe- cuando Laureano se equiparó con Job Pim y Aníbal Nazoa, humoristas perseguidos por gobiernos dictatoriales o democráticos sólo en apariencia. Les confieso que en ese momento el ex radiorrochelero me hizo reír a mandíbula batiente, al punto de que tuve que retirarme del lugar.

Que agradezca Laureano que, por ahora, no se aplican multas a la falta de humildad porque si lo hicieran, de seguro le clavan otros 200 millones.

José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hey! Me encanta tu Blog. Muy completo. Me sirvio de mucha ayuda para una tarea de la Universidad (Privada por la necesidad de estudiar en un Tecnológico)... pero bueno. El caso es que tu critica parece estar bien argumentada. No entiendo que logran los medios de comunicacion diciendo mentiras a estas alturas. Es un poco irónico.
¿Laureano? no me preocupa. Es tan solo un "comediante" que utiliza lenguaje pseudo-ofensivo para descalificar a todo lo que este proceso ha creado con sudor y sangre. Gracias amigo.
Lizbella Molina
Venezuela - Miranda.
marioska2004@hotmail.com