El cónclave del Vaticano ylas opciones geopolíticas
Una parte de las miradas del mundo se pondrá, a partir de hoy, y, por los menos, en los próximos cinco días, en Roma o, para ser más puntuales, en el Vaticano.
En los miradores, se encuentran actores que oscilan entre el poder espiritual y el poder material. Cada uno observando según sus perspectivas e intereses.
Les preocupa el programa de gobierno y la actitud respecto de los expedientes mundiales que tendrá la dirección que surja de los votos de los 133 cardenales que representan, a su vez, a las facciones, posturas internas y a las necesidades y demandas religiosas y sociales de más de 60 países.
Corresponde aclarar que un cónclave no es la imitación de un proceso electoral al estilo liberal o progresista, como tampoco es un plebiscito por un carisma ideológico. Por consiguiente, los filmes y las conferencias de ateos, anticristianos o de personas que oran cada mil años o que movidos por su insania mental quieren recrear a Cristo según sus instintos individuales egoístas, no son guías recomendables para conocer con certeza y comprender adecuadamente el misterio de Cristo y las formas intestinas de un Cónclave.
Hacia el interior del cardenalato que se divide en elector y consultivo, no hay un bloque superiormente dominante. De la misma manera, no existe una anarquía de votos.
Se puede concluir que este cónclave tiene una trascendencia de atención geopolítica que no la tuvieron los que eligieron a Francisco y Benedicto XVI porque el mundo, aún el católico romano, pisa un tiempo histórico de definición porque de los pasos siguientes que se den dependerá si ocurre o no una hecatombe total en el mediano plazo.
La contemporaneidad no puede cegarnos el no ver lo crucialmente histórico de estos días.
Por ello, no es lo mismo tener un administrador del Vaticano que sea leal a Cristo que tener a un personero de la sinarquía internacional.
No es lo mismo que el hombre, al que llamarán Papa, sea un respetuoso de la pluralidad geopolítica a que sea un prolongador del globalismo transhumanista.
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