Es
difícil que EE.UU desista de la guerra. Necesita, de vida o muerte,
apoderarse de nuestras riquezas. Se espera una crisis financiera. Ya
se anuncia un mundo pos EE.UU pues dicha crisis lo encontraría con
una moneda sin respaldo. Necesita construirlo con petróleo, oro,
diamantes…
Hoy
la política es la continuación de la guerra por otros medios. La
acción consciente con unidad cívico-militar y la diplomacia, ha
evitado la agresión armada. El presidente Maduro,
constitucionalmente, tiene la potestad para elaborar la política
internacional, sabe que la relación entre política y guerra ha
cambiado y deja de lado la máxima: “si quieres la paz prepárate
para la guerra,” expresándola así: si quieres la paz prepárate
para ganarla. Los hemos derrotado en la OEA, la ONU (Consejo de
Seguridad, Consejo de Derechos Humanos), Cruz Roja, contando con la
excelente ejecución del canciller Arreaza. Aplica el consejo de Sun
Tzu: “someter al ejército enemigo sin necesidad de pelear, esa es
la mayor habilidad.”
La
diplomacia para la paz triunfa sobre la diplomacia para la guerra.
EE.UU va construyendo otro multilateralismo centrado en el
Pentágono-Otan, basado en pactos militares, que Trump radicaliza
conformando un equipo criminal, que fracasó el 23 de febrero en la
creación de un Casus Belli. Como a Guaidó no lo eligió el pueblo
sino Trump, no sabe lo que es ser presidente de Venezuela y como el
perrito de Kuczynski, viaja sometido a Kimberly Breier, subsecretaria
de EE.UU para asuntos del hemisferio occidental y agente de la CIA.
¿Hay
conversaciones? ¿La entrada de Guaidó es parte de ellas? Tengo
confianza en que el presidente Maduro seguirá defendiendo la no
injerencia, la paz como solución a las controversias, el
levantamiento de sanciones y defensa de la Constitución. Sabe bien
que una conversación privada va simultánea con la necesidad de
mantener el empuje de la unidad cívico-militar, que determinó la
victoria de Cúcuta.
Como
lo ha dicho Maduro, una nueva elección para presidente viola nuestra
Constitución. Tiene presente a Nicaragua en 1990, cuando ganó
Violeta Chamorro. Para inducir nuestra derrota electoral, como al
sandinismo en Nicaragua, Trump arreciaría la caotización de
Venezuela, el bloqueo, el terrorismo… El fin del bloqueo y la
guerra económica es necesario para un acuerdo en paz.
Julio
Escalona
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