lunes, 22 de enero de 2007

Un video escalofriante (y no es el de Sadam)

(Artículo originalmente publicado en Todosadentro, sábado 20-01-07)

No resulta tan impactante como el de la muerte de Sadam Hussein, pero es un video escalofriante. A su manera, también pone en evidencia un lado singularmente perverso de los seres humanos. Ambos pueden ser vistos en ese invento alucinante llamado Youtube, una especie de galería de todas las imágenes de un mundo devorado por las cámaras.

En el video al que me refiero casi estrangulan a alguien, pero no se trata de ningún dictador castigado por la justicia brutal de un imperio cruel y estúpido, sino de un grupo de estudiantes que estaban recibiendo sus títulos de médicos en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado y casi linchan a uno de sus compañeros por haber osado cantarles unas cuantas verdades en el acto de grado.

El joven, llamado Carlos Rodríguez Rojas, no desperdició su discurso en frases hechas ni en lacrimógenas nostalgias sino que fue directo a la yugular de un sistema que sigue formando profesionales alienados, desvinculados del enorme problema social que carga en sus hombros el país.

A estas alturas ya casi todos los lectores de este semanario deben haber visto el video al que me refiero, pero para quienes no lo sepan, Rodríguez Rojas hizo referencia a la falta de compromiso de los nuevos médicos, a la convicción con la que egresan de la universidad de que su éxito profesional se medirá por la camioneta 4x4 que lleguen a manejar.

Las palabras del novel cirujano eran, de suyo, suficientes para despertar un debate interesantísimo. Pero lo más impactante fue la reacción de una parte no determinada de los graduandos, quienes comenzaron a gritar, pitar y hacer toda clase de ruidos para sofocar el mensaje de su compañero. No querían oírlo. Son apenas pichones de médicos pero ya piensan como si tuvieran un consultorio en una clínica de cinco estrellas, con la sala de espera llena de doñitas de clase media alta.

Los gritos de “¡fuera, fuera!” se hicieron más fuertes cuando Rodríguez Rojas comparó la actitud predominante de los médicos venezolanos que, según él, se niegan a atender a un paciente porque tiene los pies sucios, con la conducta de los galenos cubanos que atienden a quien lo necesite, lejos de sus familias, en los sitios más lejanos o peligrosos.

El impactante orador de orden hurgó en la conciencia de sus propios compañeros al señalar que la mayoría de ellos estaban esperando ansiosamente que terminará su pasantía para abandonar el pueblo o campo al que hubiesen sido asignados y, entonces sí, dedicarse a hacer dinero.

En un momento dado la bulla fue tan fuerte que en el video es imposible entender el audio. Por fortuna, en aporrea.org se incluyó la trascripción de unas palabras que, sin duda, se enrollan alrededor del cuello de un sector de la sociedad que –vaya paradoja- mientras más estudia, menos entiende los problemas reales del país.

José Pilar Torres torrepilar@hotmail.com

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