(Artículo originalmente publicado en Todosadentro, 27 de mayo de 2006)
El gobierno de Estados Unidos ha prohibido la venta de armas a Venezuela. Por lo tanto, no es de extrañar que también le prohíban a Oliver Stone filmar una película acerca de los sucesos de abril de 2002. Sería una actitud coherente porque un filme tal resultaría más peligroso que un F-16 debidamente artillado.
Claro, que impedírselo luciría como una actitud, por decir lo menos, políticamente incorrecta. Hablaría de una ola de neomacartismo como la que sacudió a Hollywood en tiempos de la Guerra Fría, cuando a un director se le podía acusar de procomunista por el simple hecho de que en su película apareciera un ruso demasiado buenmozo.
Tal ambiente de persecución no sería nada conveniente, tomando en cuenta que Estados Unidos es el paradigma de la democracia y la libertad, y Venezuela el ejemplo de la dictadura y la opresión, todo ello según la historia oficial imperial… Luego nos han prometido contarnos una de vaqueros.
Particularmente no creo que vayan a impedirle a Stone hacer lo que le venga en gana, sobre todo porque se trata de alguien que acaba de presentar una película sobre el 11 de septiembre y que ya ha golpeado, a su manera, a la guerrerista e intervencionista élite que dirige su país, con cintas como Salvador y Nacido el 4 de julio.
Sin embargo, nuestros intelectuales abajofirmantes, militantes del señorial y encumbrado antichavismo de arte y ensayo, apenas escucharon el cinematográfico anuncio del Presidente, se han puesto en guardia y han comenzado a redactar remitidos (su ocupación favorita) y a hacer lobby en Washington.
No es que pretendan influir en el libre albedrío de un titán del cine moderno. No los malinterpreten. Es cierto que Chávez los tiene locos, pero no tanto. Lo que ocurre es que la lucha por la verdad adopta curiosas formas, incluso la de la censura previa.
No sería la primera vez que emprenden una tarea como esa. Hace un par de años presionaron para impedir que el documental La Revolución no será transmitida, se exhibiera en un festival en Canadá.
Esta vez su propósito será convencer a Stone de que hay mejores temas. O, al menos, impedir que base su obra en el guión del así llamado oficialismo, en el cual, desde luego, el comandante será un héroe aún más intrépido que Keanu Reeves en Matrix.
Claro, que impedírselo luciría como una actitud, por decir lo menos, políticamente incorrecta. Hablaría de una ola de neomacartismo como la que sacudió a Hollywood en tiempos de la Guerra Fría, cuando a un director se le podía acusar de procomunista por el simple hecho de que en su película apareciera un ruso demasiado buenmozo.
Tal ambiente de persecución no sería nada conveniente, tomando en cuenta que Estados Unidos es el paradigma de la democracia y la libertad, y Venezuela el ejemplo de la dictadura y la opresión, todo ello según la historia oficial imperial… Luego nos han prometido contarnos una de vaqueros.
Particularmente no creo que vayan a impedirle a Stone hacer lo que le venga en gana, sobre todo porque se trata de alguien que acaba de presentar una película sobre el 11 de septiembre y que ya ha golpeado, a su manera, a la guerrerista e intervencionista élite que dirige su país, con cintas como Salvador y Nacido el 4 de julio.
Sin embargo, nuestros intelectuales abajofirmantes, militantes del señorial y encumbrado antichavismo de arte y ensayo, apenas escucharon el cinematográfico anuncio del Presidente, se han puesto en guardia y han comenzado a redactar remitidos (su ocupación favorita) y a hacer lobby en Washington.
No es que pretendan influir en el libre albedrío de un titán del cine moderno. No los malinterpreten. Es cierto que Chávez los tiene locos, pero no tanto. Lo que ocurre es que la lucha por la verdad adopta curiosas formas, incluso la de la censura previa.
No sería la primera vez que emprenden una tarea como esa. Hace un par de años presionaron para impedir que el documental La Revolución no será transmitida, se exhibiera en un festival en Canadá.
Esta vez su propósito será convencer a Stone de que hay mejores temas. O, al menos, impedir que base su obra en el guión del así llamado oficialismo, en el cual, desde luego, el comandante será un héroe aún más intrépido que Keanu Reeves en Matrix.
José Pilar Torres
1 comentario:
Si asi es la hipocresia de estados unidos, siempre invadiendo paises excusandose en la libertad. A Mexico le quitaron la mitad de su territorio con la escusa deliberar a los estados del norte de la opresion y la tirania de Mexico, segun ellos. Cuando estados unidos ni siquiera habia abolido la exclavitud, y mucho tiempo despues de haberla abolido seguia existiendo racismo contra los negros, no fue sino hasta 1963 cuando los primeros negros pudieron estudiar en la universidad (acompañados de policias, para que no les hicieran nada). Que bueno que no nos conquistaron los ingleses u hoy viviriamos en pequeñas reservaciones. Aun hoy en dia existe discriminacion en estados unidos, basta con ver la separacion que hacen del continente, segun ellos por cuestiones de geografia, pero muchas en algunas paginas piden seleccionar el lugar de procedencia, ponen america del norte, sudamerica, europa, asia, australia y ya. ¿En donde queda mexico y centro america? Para ellos sudamerica es todo lo que esta al sur de estados unidos?
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