Un pana, a quien veo de vez en cuando en una panadería de La Candelaria, me dejó estupefacto con una propuesta comunicacional para el Gobierno. Él plantea que Venezolana de Televisión y otros medios públicos transmitan cada año -en vivo y durante todo el tiempo que duren- los actos del aniversario de Acción Democrática.
“¿Y eso como pa’ qué?”, le preguntó David, el cafetero, estirando los dedos índice y meñique de una manera que en nuestros años juveniles significaba que uno se había topado con algo pavoso.
“Sería educativo”, dijo el pana y fueron tan contundentes sus razonamientos que le pedí permiso para escribirlos. “Pero, no me nombres, que sólo soy y quiero seguir siendo un hablador de pendejadas y tomador de marroncitos”, exigió.
El primer argumento del comunicólogo amateur es que ver al otrora partido del pueblo convertido en una especie de junta de condominio elevaría la moral revolucionaria. “No es poca cosa lo que hemos logrado, compadre. Hace veinte años, nada en términos históricos, AD era una maquinaria invencible. Quienes nos oponíamos pensábamos que llegaría el día del juicio final y esa pandilla de rufianes seguiría mandando”, explicó.
Pero, el analista de panadería se tenía reservado para el final su mejor alegato. Puntualizó que ver, en vivo y directo, a AD celebrando su aniversario en una oficinita (antes, su romería llenaba las avenidas México y Universidad hasta los tequeteques) puede funcionar como un alerta para la militancia y, sobre todo, para el liderazgo del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Subrayó que en los cargos públicos y en las reuniones del PSUV abundan los arrogantes y sobrados, que se creen parte de un aparato inexpugnable y eterno. “Tal vez es que, antes de ser rojitos, fueron blanquitos y les quedó la maña”, acotó.
Según mi amigo, a ese tipo de líderes no les vendría mal ver –repetidas veces, de ser posible- la triste picada de torta que protagonizaron la venerable matrona Isabel Carmona de Serra y el desangelado y perdulario Henry Ramos Allup. “Sería un antídoto contra la soberbia”, sentenció el tomador de marroncitos, quien también le mete al latín porque, al marcharse, me soltó un Sic transit gloria mundi.
Luego lo averigüé. Es la frase que les dicen a los papas cuando son coronados, para que entiendan que, pese a representar a Dios en la Tierra, siguen siendo unos piches mortales. “Así pasa la gloria del mundo”, significa.
“¿Y eso como pa’ qué?”, le preguntó David, el cafetero, estirando los dedos índice y meñique de una manera que en nuestros años juveniles significaba que uno se había topado con algo pavoso.
“Sería educativo”, dijo el pana y fueron tan contundentes sus razonamientos que le pedí permiso para escribirlos. “Pero, no me nombres, que sólo soy y quiero seguir siendo un hablador de pendejadas y tomador de marroncitos”, exigió.
El primer argumento del comunicólogo amateur es que ver al otrora partido del pueblo convertido en una especie de junta de condominio elevaría la moral revolucionaria. “No es poca cosa lo que hemos logrado, compadre. Hace veinte años, nada en términos históricos, AD era una maquinaria invencible. Quienes nos oponíamos pensábamos que llegaría el día del juicio final y esa pandilla de rufianes seguiría mandando”, explicó.
Pero, el analista de panadería se tenía reservado para el final su mejor alegato. Puntualizó que ver, en vivo y directo, a AD celebrando su aniversario en una oficinita (antes, su romería llenaba las avenidas México y Universidad hasta los tequeteques) puede funcionar como un alerta para la militancia y, sobre todo, para el liderazgo del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Subrayó que en los cargos públicos y en las reuniones del PSUV abundan los arrogantes y sobrados, que se creen parte de un aparato inexpugnable y eterno. “Tal vez es que, antes de ser rojitos, fueron blanquitos y les quedó la maña”, acotó.
Según mi amigo, a ese tipo de líderes no les vendría mal ver –repetidas veces, de ser posible- la triste picada de torta que protagonizaron la venerable matrona Isabel Carmona de Serra y el desangelado y perdulario Henry Ramos Allup. “Sería un antídoto contra la soberbia”, sentenció el tomador de marroncitos, quien también le mete al latín porque, al marcharse, me soltó un Sic transit gloria mundi.
Luego lo averigüé. Es la frase que les dicen a los papas cuando son coronados, para que entiendan que, pese a representar a Dios en la Tierra, siguen siendo unos piches mortales. “Así pasa la gloria del mundo”, significa.
José Pilar Torres
torrepilar@hotmail.com
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