domingo, 28 de diciembre de 2008

Cuba restringe entrada de norteamericanos a su territorio

El título bien podría servir para jugarle una broma a los lectores por celebrarse hoy el Día de los Santos Inocentes, pero puede ocurrir si el futuro gobierno del "la esperanza negra" Barak Obama se decide a levantar el embargo impuesto desde hace medio siglo a Cuba.
La población de la nación cubana se ha visto perjudicada de diferentes maneras por las limitaciones impuestas por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica y por otros países que han sucumbido a las presiones del gigante del norte, pero este brutal bloqueo no ha sido óbice para este pueblo, el cual bajo la égida del Partido Comunista Cubano y del comandante Fidel Castro, presenta indicadores que están a la par de los países desarrollados.
De esos indicadores que presenta la tierra de Martí, y los cuales son envidiados por muchos países, tomemos uno solo, solamente uno solo, es el de la salud.
¿Por qué este tema? La natalidad y la mortalidad son los indicadores vitales que siempre han preocupado al hombre y ha puesto mayor énfasis en controlar la mortalidad, primero luchando contra los avatares de la naturaleza y, casi simultáneamente, mediante el avance científico para prolongar su esperanza de vida, es por eso que nuestro planeta cuenta hoy con una población de mas de seis millones de habitantes.
Pero para ser más concretos tomemos las siguientes cifras de la esperanza de vida* de los cubanos y de los habitantes del país norteño según la Organización Panamericana de la Salud para el año 2.007: cubanos 75,13 años, cubanas 78,97 años y las cifras para los norteamericanos varones son 75,6 años, para las hembras es 80,8.
Considerando las asimetrías existentes, podemos comparar e inferir que es mínima la diferencia de las esperanzas de vida de esos dos países.
Pero necesariamente debemos hacernos la pregunta ¿Qué es lo que determina a una esperanza de vida prolongada? La respuesta es la calidad de vida con la cual los gobiernos favorecen a sus ciudadanos.
Las cifras anteriores presentan cierto equilibrio, sin embargo, este equilibrio se rompe si consideramos que en la isla antillana la salud es gratuita y en el país de pretendida hegemonía sus habitantes pagan por todo lo referido a la salud.
Entonces, levantado el embargo ya, si puede suceder la restricción de entrada a la nación cubana a los ciudadanos norteamericanos cuando estos acudan en cambote a resolver sus problemas de salud mientras el gobierno revolucionario toma medidas para aprovechar esta nueva fuente de divisas sin necesidad de perjudicar a sus ciudadanos.

*Esperanza de vida se refiere al número de años que en promedio se espera que viva una persona después de nacer.

Noel Martello
snoels@gmail.com

sábado, 27 de diciembre de 2008

Navidad en los Territorios Ocupados


El pueblo estaba ocupado. Las tiendas, cerradas. Las oficinas de la seguridad social habían sido bombardeadas, y su propio hogar estaba en ruinas. José no tenía trabajo. Nadie tenía dinero para contratar a un carpintero. Y, aunque lo hubieran tenido, la ocupación no les permitía construir nuevos edificios, ni reparar los que ya había, ni siquiera comprar materiales de construcción.
María salió al amanecer y el aire helado le raspó el rostro. Se tapó el cuello y las mejillas con un pañuelo. Se dirigió al pozo y llenó el caldero de agua. Le costaba inclinarse porque su enorme barriga se interponía. Había sentido contracciones durante toda la noche y sabía que era casi la hora. Habían intentado encontrar un lugar donde quedarse, pero sus parientes vivían en la siguiente ciudad, llamada Belén. Las carreteras principales estaban bloqueadas por tanques, vehículos armados, y soldados con fusiles automáticos.
José se lavó la cara y ayudó a María a recostarse sobre la manta que cubría el sucio suelo de la improvisada tienda. Pasó su mano callosa por su pelo y le dio una palmadita amable sobre el vientre. María sonrió pese a no sentirse bien. Era solamente una muchacha, una adolescente veinte años menor que el barbudo José.
"He hablado con Sami, el pastor. Me ha prometido llevarnos hasta Belén esta noche por caminos secundarios". José empaquetó sus escasas pertenencias. A medianoche María montó sobre el burro mientras José cargaba con lo que tenían.
Sami abría el camino. Mientras subían por el camino rocoso, cada sacudida hacía que un dolor agudo recorriera los muslos y el vientre de María. Cuando ya se aproximaban a Belén vieron una luz brillante que barría las afueras de la ciudad. Sami señaló una valla que rodeaba el perímetro de la ciudad. "Hay un espacio entre la valla y las rocas. Podéis cruzar por ahí, pero tendréis que abandonar el burro".
José miró suspicazmente a Sami. "¿Dejar el burro? ¡Nunca!" A Sami le ofendió el tono de sospecha de José. "Entonces, tendréis que cruzar a través del control israelí. Ahora tengo que dejaros. Que Dios os acompañe".
José miró hacia arriba. María dormitaba. José guió el burro montaña abajo hacia la carretera principal. La luz brillante les cegaba. Una voz dura y estentórea resonó a través de un altavoz.
"¡Alto o dispararemos! ¡Ahora!"
"Bajen del burro, arrojen su bolsa al otro lado de la vía, y levanten las manos. ¡Ahora, o disparo!", ladró la misma voz oculta.
José colocó su bolsa en el suelo y ayudó a María a desmontar. María se sentía rara, tenía sueño y estaba terriblemente atemorizada.
"¡Venid aquí con los brazos en alto, especialmente tú, la árabe gorda!"
María, con los brazos colgando en el aire, sintió la urgente necesidad de orinar para aliviar la presión de su vientre.
Cuando uno de los soldados indicó a José que se adelantara, gritando "¡Las manos detrás de la cabeza!", María se sintió muy sola.
Entonces, ordenaron a María que caminara hacia delante, muy despacio. Los soldados tenían el dedo puesto sobre el gatillo de sus USIS, apuntando a su cabeza y a su vientre. "¡Desabróchate el abrigo y levántate el vestido!", gritó una voz sin rostro. Hubo una pausa. María estaba avergonzada. Solamente José la había visto desnuda. Se levantó el vestido.
Un soldado enfocó sus prismáticos sobre el vientre de María. "No hay bomba o está gorda o es solamente un vientre con un niño dentro".
El soldado le pasó los prismáticos a un oficial superior. El oficial miró a través de ellos y gritó, "¡Quítate la combinación, no te hagas la virgen con nosotros!"
María se sentía confusa, y tenía el rostro enrojecido. Se levantó la combinación y la luz del foco flector iluminó su vientre, que colgaba sobre su ropa interior.
"¡Quítatelo todo! ¡Venga, puta árabe, podría esconder algo entre tus piernas, además de la polla de tu marido!"
María deseaba morir mientras se agachaba para quitarse las bragas. El haz de luz iluminó el vello oscuro de su pubis.
"¡Date la vuelta!"
Se volvió.
"¡Ahora, vístete! Y tú, el de la barba ¡levántate!"
Dos soldados se acercaron a José y señalaron hacia María para que caminara hacia delante.
Les interrogaron durante varias horas. De dónde veían, por qué se habían marchado, por qué su casa había sido destruida ¬ "¡Algo habréis hecho!", dijo el oficial israelí -, hacia dónde se dirigían, por qué viajaban de noche y por carreteras secundarias, con quién se iban a alojar, durante cuánto tiempo y sobre todo, cuál era su relación con la Autoridad Palestina, con Hamas, la Jihad, o el FPLP. Cada respuesta, directa y sencilla, provocaba una mueca de sospecha.
María podía sentir las contracciones cada vez con mayor frecuencia. No sentía los pies de frío. José, un carpintero casi sin educación que nunca había pertenecido a ninguna organización y María, que nunca había emitido una opinión política, estaban totalmente confusos.
El oficial plantó su pulgar sobre el vientre de María. "Otro subversivo. Vosotros, los terroristas, criáis como conejos".
María hizo rechinar sus dientes. Sintió que una contracción fuerte recorría todo su cuerpo.
Los oficiales israelíes despachaban entre ellos. "Claramente, son agentes. Vamos a soltarles y que nos lleven ante quienes les han dado órdenes".
El oficial encargado les ordenó continuar su camino.
Era todavía de noche cuando entraron en Belén, y María apenas podía mantenerse sobre la montura a causa de las contracciones. José estaba desorientado. No podía encontrar la calle ni la casa. No había nadie en las calles a causa del toque de queda. El burro olfateó y les condujo a un establo en el que algunas cabras y ovejas dormían sobre la paja. José ayudó a María a descender del burro, y María apoyó la cabeza sobre un haz de paja. El burro empezó a mordisquear la paja.
María estaba de parto y un grito se escapó de entre sus dientes. José ayudó como pudo.
Milagrosamente, el niño nació y empezó a llorar de inmediato. Se encendió una luz, y los propietarios (un matrimonio palestino), salieron. La esposa limpió al bebé y tapó a María con mantas.
La casa estaba llena de familiares que habían huido de Nablus y Ramallah para evitar los misiles israelíes. Aquí, entre los cristianos palestinos de Belén, estarían más seguros.
La noche siguiente, una estrella brilló en el cielo y los Tres Reyes que venían de allende los mares cruzaron los controles israelíes sin ser observados, con la protección del Señor -o eso creían-. Se acercaron al establo en el que estaba el recién nacido, llamado Jesús, y depositaron ante él sus regalos, arrodillándose ante su Salvador, que dormía en una cuna fabricada por José.
De repente, comenzaron a escucharse gritos y el ruido de los fusiles mientras rompían las puertas y los cristales de las ventanas. Un helicóptero se acercó ruidosamente y de pronto hubo una explosión. El establo voló por los aires. Brazos, piernas, cabezas de ovejas y piernas de cabra, torsos humanos y una cabeza de bebé volaron hacia el oscuro cielo aterciopelado.
La radio israelí anunció que tres supuestos terroristas árabes que habían huido de Afganistán habían sido asesinados en un escondite de Belén tras haber cruzado la frontera. El gobierno israelí pidió disculpas en caso de que hubiera habido alguna víctima civil.
Los medios de comunicación en EEUU repitieron la misma historia, al tiempo que Washington felicitaba al gobierno israelí por su papel en la lucha contra el terrorismo internacional.
Jesús había vivido solamente un día.

James Petras

lunes, 22 de diciembre de 2008

POEMA A LA CLASE MEDIA

Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande

Desde el medio
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres

Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también

En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina

Así, medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio

Mario Benedetti,

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Cristianismo y Socialismo

En nuestro intento reflexivo sobre los aspectos de encuentro que existen entre el cristianismo y el socialismo, surge una serie de prejuicios que van desde la distancia histórica entre uno u otro hasta el hecho de pensar que son antagónicos porque uno admite a Dios y el otro lo niega.

Otra falsa idea que entra en la discusión es la de creer que cuando se habla de cristianismo se habla de catolicismo. Este aspecto es muy importante puesto que es necesario aclarar que catolicismo no es estrictamente cristianismo.

La experiencia de la primera comunidad cristiana expresada en el libro de los Hechos de los Apóstoles, intenta marcar un rumbo. Lo que en teoría se conoce actualmente como “socialismo cristiano” de derecha no tiene nada que ver con el cristianismo genuino; el socialismo cristiano de derecha no favorece la fraternidad y la igualdad, sino que justifica las divisiones sociales desde la idea del equilibrio y la armonía.

La política socialista es transformadora y liberadora puesto que desmonta las estructuras y critica a las ideologías perversas de dominación. El pensamiento cristiano también desmonta los conceptos del Dios que castiga, juzga, que llena de culpas y condena.

Socialismo y cristianismo desenmascaran las ideas de dominación y descubren las conexiones y alianzas entre las élites políticas, económicas y religiosas. El cristianismo inspirado en la praxis de Jesús de Nazareth deja claro que la religión sí es un factor político y sí tiene mucho que ver con ello. El socialismo ve en la religión a ese opio del pueblo.

En ese sentido, los cristianos deben comprender lo que dice Pablo: “Jesucristo no es religión, es salvación”. Jesús de Nazareth no vino a traer una religión y menos para imponer cargas al pueblo. Si fue juzgado por anteponer al hombre por encima de la ley y de las costumbres, ¿cómo es eso que vino a imponer una religión de sometimiento llámese catolicismo o protestantismo?

Martín Zapata

martes, 16 de diciembre de 2008

Que yo hablo solo

¿Qué yo hablo solo?

No me digan eso.

Es que soy poeta

Yo vivo buscando

Que rimen mis versos.

¿Qué yo hablo solo?

Es que soy un viejo

Y los que escuchaban

Se me han ido lejos

Y los que vinieron

A ocupar sus puestos

Casi ni me hablan,

Hasta me tropiezan,

Andan apurados

Con todas sus cosas

Y yo de tan lerdo,

Siento que molesto.

Que yo hablo solo,

Yo nunca hablo solo.

Hablo con mis viejos,

Con todos los míos,

Con tantos amigos

Que ya se me han ido.

Y ellos me escuchan.

Porque ellos no corren,

Porque ellos me esperan,

Porque están conmigo

Aunque no los vean.

Que yo hablo solo

Será...

Será porque rezo,

Debe ser por eso,

Será porque rezo,

Y al mover los labios

Pensarán que hablo,

Debe ser por eso

Será por mis rezos

Y que soy poeta,

Si vivo buscando

que rimen mis versos.


Ramón de Almagro

miércoles, 3 de diciembre de 2008

La gran misión: Construir el socialismo

Los resultados de las elecciones del 23 de noviembre pasado realmente constituyen una lección de parte de nuestro pueblo para con la dirigencia del proceso revolucionario.
La primera lectura que debemos hacer es la de decidirnos a construir con radicalidad y profundidad el socialismo demandado por el pueblo. En tal sentido, nuestro pueblo está madurando políticamente. Por un lado mantenemos 70% de las gobernaciones, 80% de las alcaldías, 18 alcaldías de capitales y ciudades importantes o estratégicas y más de 80% del control de los consejos legislativos. Estos datos nos quieren decir que el pueblo está resteado por el socialismo y que urge acelerar los mecanismos para su implementación.
Uno de los aspectos claros para tal implementación es el rechazo al burocratismo, a los liderazgos de medias tintas, a la falta de radicalidad revolucionaria y de compromiso ético y a las actitudes clientelistas.
La puesta en marcha de la profundización del socialismo requiere esfuerzos desde distintos ángulos. Desde el punto de vista político se necesita continuar motorizando los espacios de participación comunal como expresión del poder popular. Dejar que la espontaneidad y la creatividad del pueblo se atomicen. No puede quedar por fuera la supervisión de los gobiernos revolucionarios locales, así como la presencia y acciones directas en los gobiernos en manos de la derecha.
En lo jurídico, debemos transformar verdaderamente la estructura legal acorde al socialismo y al mismo tiempo hacer jueces identificados con los principios de justicia revolucionaria.
En lo económico, se tiene que dar el salto en lo referente al control de los medios de producción y en la problemática de la soberanía alimentaria.
Por último, en lo cultural y educativo, hay que generar serios procesos de ideologización y transformar el sistema educativo en un espacio para la construcción de valores socialistas.

Martín Zapata