miércoles, 15 de octubre de 2008

Televisión chatarra


Pocas son las veces que puedo sentarme a ver la televisión, y caigo en cuenta en qué baja estima tienen a sus seguidores.

Digo esto porque la mayoría de programación "independiente" se basa en la descomposición familiar, social; no creo que los compatriotas colombianos sean lujuriosos, mal hablados, narcotraficantes, drogadictos y en muchas ocasiones idiotas, o los puertorriqueños violentos pandilleros, con poca capacidad de léxico; no, los latinos somos progresistas, emprendedores, llenos de valores.

La televisión se empeña en hacer a la mujer eternamente joven, sin el valor de la madurez, o la dulzura y la responsabilidad cumplida de la vejez; en cambio nos presenta ambiciosas, objetos sexuales, productos sexuales utilizables para lograr los más bajos deseos o proyectos, donde o somos las incultas, gafas o la arpía prostituta. La familia es un estorbo, la promiscuidad, la cizaña, la maldad y la envidia es el norte de esa unión. ¿Por qué se maltrata de tal manera a quienes fielmente se sientan esperando que la televisión ayude al sano entretenimiento, en unión familiar, permitiendo la conversación, la discusión inteligente, que refuerce lazos, que sea arma de ayuda educadora, que nos permita salir de tanta violencia?

¿Habrá alguno de los tantos organismos creados, asociación de veedores de televisión, comités, Lopna, Conatel, que puedan echar una manita para que la televisión sirva de entretenimiento saludable, de musa inspiradora de bellas obras?; ¿o tendrá que bajar Dios a apagar todos los televisores?

MARÍA ROSSI mariargoi@gmail.com

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