Una ONG especializada en medir la “percepción de corrupción”, ha dicho recientemente que Venezuela es uno de los dos peores países del hemisferio en las estadísticas acerca de ese aspecto.
Curiosamente, en esa misma lista Estados Unidos sale muy bien parado. Entonces, uno se pregunta si la cataclísmica crisis económica de la nación imperial no le hizo “percibir” algo podrido a esta ONG. Insólito.
Porque -vamos a estar claros en algo- el derrumbe generalizado de la banca, las aseguradoras y las empresas inmobiliarias de EEUU no es un acontecimiento fortuito, es un caso patético y vergonzoso de corrupción, no importa cómo lo quieran pintar CNN y sus equivalentes nacionales.
Es absurdo pensar que un colapso semejante haya podido ocurrir sin que se juntaran la ramplona deshonestidad de las directivas de todas las empresas siniestradas y la improbidad y complicidad manifiestas del gobierno que debió supervisarlas.
Lo saben todos aquellos que han estudiado el fenómeno aunque sea por encimita; con más razón debe saberlo una ONG con corruptómetro: el robo de los dineros públicos requiere del concurso de funcionarios del Estado y de ciudadanos pertenecientes a eso que llaman “el sector privado”.
La ONG que se dedica a “percibir” síntomas de corrupción no se dio cuenta de las señales de descomposición que se observaban a simple vista en el país supuestamente ejemplar, donde todo funciona según principios éticos. Al parecer estaba distraída registrando cómo los vigilantes de tránsito “bajan de la mula” a los infractores en el centro de Caracas.
La misma organización que detecta las miserias de la corrupción de los funcionarios públicos latinoamericanos, no fue capaz de entender que en Estados Unidos se estaba cocinando el guiso más descomunal de la historia del capitalismo. O, mejor dicho, sí lo fue, pero ya sabemos que quien contrata la orquesta decide cuál música suena.
El aparataje mediático se hace igualmente de la vista gorda con este aspecto medular del problema y presenta la crisis como si fuera un juego de fútbol americano, una cuestión de pizarras electrónicas que titilan, ejecutivos que se acometen brutalmente para comprar y vender acciones en la frenética jornada de Wall Street y héroes novatos que aprovechan la oportunidad para ascender y convertirse en estrellas.
Si las ONG anticorrupción y los medios alcahuetes se ponen los guantes de seda para tocar el tema en su vertiente económica privada, peor es su conducta en el plano político. Descaradamente ocultan la complicidad necesaria del sistema bipartidista estadounidense en este desfalco monstruoso contra los ciudadanos no sólo de EEUU sino del mundo entero. En lugar de criticar a esta macolla putrefacta, nos ofrecen las imágenes de los candidatos presidenciales olvidando sus diferencias para impulsar juntos, como hermanos, el tal plan de “salvataje”. Ahora, cuéntame una de cowboys.
¿Se imagina usted la actitud de esta gente si el desastre de la banca, los seguros y las inmobiliarias hubiese ocurrido en Venezuela? No hace falta ser un Nostradamus para profetizar que el corruptómetro de la ONG habría hecho un escándalo de alcance mundial y que los expertos de los medios estarían pidiendo el enjuiciamiento internacional de ustedes saben quien.
Curiosamente, en esa misma lista Estados Unidos sale muy bien parado. Entonces, uno se pregunta si la cataclísmica crisis económica de la nación imperial no le hizo “percibir” algo podrido a esta ONG. Insólito.
Porque -vamos a estar claros en algo- el derrumbe generalizado de la banca, las aseguradoras y las empresas inmobiliarias de EEUU no es un acontecimiento fortuito, es un caso patético y vergonzoso de corrupción, no importa cómo lo quieran pintar CNN y sus equivalentes nacionales.
Es absurdo pensar que un colapso semejante haya podido ocurrir sin que se juntaran la ramplona deshonestidad de las directivas de todas las empresas siniestradas y la improbidad y complicidad manifiestas del gobierno que debió supervisarlas.
Lo saben todos aquellos que han estudiado el fenómeno aunque sea por encimita; con más razón debe saberlo una ONG con corruptómetro: el robo de los dineros públicos requiere del concurso de funcionarios del Estado y de ciudadanos pertenecientes a eso que llaman “el sector privado”.
La ONG que se dedica a “percibir” síntomas de corrupción no se dio cuenta de las señales de descomposición que se observaban a simple vista en el país supuestamente ejemplar, donde todo funciona según principios éticos. Al parecer estaba distraída registrando cómo los vigilantes de tránsito “bajan de la mula” a los infractores en el centro de Caracas.
La misma organización que detecta las miserias de la corrupción de los funcionarios públicos latinoamericanos, no fue capaz de entender que en Estados Unidos se estaba cocinando el guiso más descomunal de la historia del capitalismo. O, mejor dicho, sí lo fue, pero ya sabemos que quien contrata la orquesta decide cuál música suena.
El aparataje mediático se hace igualmente de la vista gorda con este aspecto medular del problema y presenta la crisis como si fuera un juego de fútbol americano, una cuestión de pizarras electrónicas que titilan, ejecutivos que se acometen brutalmente para comprar y vender acciones en la frenética jornada de Wall Street y héroes novatos que aprovechan la oportunidad para ascender y convertirse en estrellas.
Si las ONG anticorrupción y los medios alcahuetes se ponen los guantes de seda para tocar el tema en su vertiente económica privada, peor es su conducta en el plano político. Descaradamente ocultan la complicidad necesaria del sistema bipartidista estadounidense en este desfalco monstruoso contra los ciudadanos no sólo de EEUU sino del mundo entero. En lugar de criticar a esta macolla putrefacta, nos ofrecen las imágenes de los candidatos presidenciales olvidando sus diferencias para impulsar juntos, como hermanos, el tal plan de “salvataje”. Ahora, cuéntame una de cowboys.
¿Se imagina usted la actitud de esta gente si el desastre de la banca, los seguros y las inmobiliarias hubiese ocurrido en Venezuela? No hace falta ser un Nostradamus para profetizar que el corruptómetro de la ONG habría hecho un escándalo de alcance mundial y que los expertos de los medios estarían pidiendo el enjuiciamiento internacional de ustedes saben quien.
José Pilar Torres
1 comentario:
Saludos al Hermano Indio Caricuao y al Hermano Noel Martello, mis Felicitaciones por esa loable labor que estan haciendo al difundir lo que ocurre en una localidad de nuestra Venezuela como lo es Caricua... les deseo mucha suerte y por favor sigan adelante...
Con respecto al Blog... el pais que tanto predijo que la economía venezolana muy pronto sería un desastre... fueron ellos que por su mala administración provocaron esta gran crisis, que de alguna u otra manera nos afectará, pero no en la medida que ellos (EEUU) y la oligarquia venezolana pensaban y piensan e inclusive sueñan con que Venezuela sea afectada...
Adelante hermanos...
AYUDAME A SER UTIL
http://miblogdeayuda.blogspot.com
Desde Barinas, cuna de la Revolución Bolivariana...
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