Un gobernador del desaparecido Distrito Federal, y de cuyo nombre no quiero acordarme, ni haré el esfuerzo para lograrlo, ante el reclamo público por la represión a la cual era sometida cada manifestación de ciudadanos declaró "los rolos de los policías no son flautas para conciertos", a partir de ese momento quedaron acuñadas en el argot popular la expresiones "Concierto de palo" o "Concierto de rolo" para identificar las palizas propinadas por los cuerpos policiales al pueblo. Se demostraba así el talante represivo de estos sujetos representantes de la democracia durante la IV República.
¡Como ha cambiado Venezuela! Hoy en día en nuestro país tienen carácter de innecesarios los rolos policiales y que útiles nos están resultando las flautas. Una demostración de esto es el concierto ofrecido la noche de este martes en la sala Ríos Reina del Complejo Cultural Teresa Carreño por la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, un coro y una estudiantina, cada uno de ellos integrados por mujeres y hombres recluidos en los centros de regeneración establecidos en diferentes regiones del país.
El concierto se inició con nuestro glorioso "Gloria al Bravo Pueblo", continuó con piezas de la denominada música académica y culminó con varias canciones de nuestro variado repertorio folklórico, cada una de ellas ejecutadas magistralmente provocando en el público presente eufóricas solicitudes de nuevas interpretaciones.
Pero lo más importante de resaltar, de esta experiencia única en el mundo, es el objetivo de reinsertar en la sociedad mediante la música a estos venezolanos que por diversas circunstancias quebrantaron nuestro régimen legal; quienes presenciamos este concierto pudimos observar la alegría en el rostro de los ejecutantes quienes, aunque permanezcan encerrados por cierto tiempo, se saben libres del ocio y de la ignorancia los cuales son los grandes generadores del delito.
Podemos concluir de las siguiente manera: Por un lado, esta experiencia echa por el suelo las teorías de "especialistas" quienes sostienen que con medidas represivas, y hasta han sugerido la pena de muerte, se combate el delito; y por otro lado podemos asegurar que socialismo habemus, pues el socialismo busca resolver, todos y cada unos de los problemas de un país desde sus propias raíces.
¡Como ha cambiado Venezuela! Hoy en día en nuestro país tienen carácter de innecesarios los rolos policiales y que útiles nos están resultando las flautas. Una demostración de esto es el concierto ofrecido la noche de este martes en la sala Ríos Reina del Complejo Cultural Teresa Carreño por la Orquesta Sinfónica Penitenciaria, un coro y una estudiantina, cada uno de ellos integrados por mujeres y hombres recluidos en los centros de regeneración establecidos en diferentes regiones del país.
El concierto se inició con nuestro glorioso "Gloria al Bravo Pueblo", continuó con piezas de la denominada música académica y culminó con varias canciones de nuestro variado repertorio folklórico, cada una de ellas ejecutadas magistralmente provocando en el público presente eufóricas solicitudes de nuevas interpretaciones.
Pero lo más importante de resaltar, de esta experiencia única en el mundo, es el objetivo de reinsertar en la sociedad mediante la música a estos venezolanos que por diversas circunstancias quebrantaron nuestro régimen legal; quienes presenciamos este concierto pudimos observar la alegría en el rostro de los ejecutantes quienes, aunque permanezcan encerrados por cierto tiempo, se saben libres del ocio y de la ignorancia los cuales son los grandes generadores del delito.
Podemos concluir de las siguiente manera: Por un lado, esta experiencia echa por el suelo las teorías de "especialistas" quienes sostienen que con medidas represivas, y hasta han sugerido la pena de muerte, se combate el delito; y por otro lado podemos asegurar que socialismo habemus, pues el socialismo busca resolver, todos y cada unos de los problemas de un país desde sus propias raíces.
Noel Martello
snoels@gmail.com
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