lunes, 18 de febrero de 2019

¿Ayuda Humanitaria?


Comienzan a aparecer en Estados Unidos y en otras naciones, en medios serios, señalamientos críticos sobre los productos de la “ayuda humanitaria”. Sobre la calidad, tanto de las medicinas como de alimentos deshidratados perjudiciales a la salud. Según las informaciones, muchos de ellos vencidos, de mala calidad, desechados en el mercado. Ya se anuncian investigaciones al respecto…

Así mismo, sobre el negociado que está detrás de la operación. Se comenta el oscuro manejo de los precios, las comisiones que corren y la adjudicación de las compras a determinadas empresas de escasa solvencia y antecedentes turbios…
Una pregunta que muchos se hacen en las actuales circunstancias: ¿existe algún control sobre el manejo del dinero recolectado. Guaidó habló de mil millones de dólares. ¿Cierto o falso? También se comenta que parte importante de lo recaudado se destina sufragar gastos de numerosos dirigentes opositores en el exterior, sobre los cuales no recaen medidas judiciales en el país y que han optado por vivir en el extranjero…

Si se le pregunta a ciudadanos desprevenidos en la calle sobre la “ayuda humanitaria”, la respuesta es interesante. La gente sospecha que hay, detrás del argumento humanitario, algo que no está claro y, por tanto, no le entusiasma el método. De inmediato señala el interrogado, ¿por qué el gobierno norteamericano no suspende las sanciones contra Venezuela y libera el dinero que le tiene retenido al país? Eso resolvería de inmediato el problema. Esto es señalado sin dejar de hacerle una críticas al gobierno nacional por el burocratismo y su mala política económica. La gente está consciente de lo que sucede y no come cuentos…

La oposición venezolana y el gobierno de los EE.UU. (léase Trump y asesores) han incurrido en numerosos desaciertos al evaluar a la FANB. Lo han hecho como si la FANB fuera una institución tradicional, golpista, divorciada del pueblo, anclada en un pensamiento de ultraderecha. No se dan cuenta que la situación es otra, completamente distinta a la de los tiempos de la Misión Militar de USA operando en Fuerte Tiuna y los oficiales venezolano estudiando en la Escuela de las Américas. Se trata de una Fuerza Armada diferente, moldeada por el pensamiento renovador, bolivariano, antimperialista de Hugo Chávez, un oficial subestimado por los mandos tradicionales de la institución castrense; por la oligarquía económica, por la partidocracia anquilosada, y por el arrogante Imperio norteamericano. Cuando en una situación crítica como la actual se la juzga, incurren en gruesas equivocaciones…

Por eso el error de la oposición y del gobierno de EE.UU. al imaginar que la FANB es la misma que esos factores controlaron en el pasado: sumisa a los dictados de la partidocracia y desnacionalizada por la forma como la manejaron los organismos de inteligencia norteamericanos…

La mejor demostración de que el militar venezolano cambió, es la manera como la FANB ha reaccionado en la actual coyuntura frente a las presiones del establecimiento militar de USA y las torpes descalificaciones –combinadas con zalamerías de última hora– de la oposición interna golpista. La dignidad es lo que impera en ella y lo que desespera a los golpistas del interior del país y a los gringos para invadir cuanto antes. Que, por cierto, no saben con qué se van a encontrar si llegan a hacerlo y el repudio universal que pueden provocar…
Las dos marchas del pasado domingo 10 (chavismo y oposición) confirman la existencia en el país de una sólida democracia. Ni un solo incidente.

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