Ya
la revista Semana de Bogotá calificó la decisión de acusar a
Venezuela
ante la Corte Penal Internacional (CPI) como un "disparate". Desde
el punto de vista de mantener las posibilidades de diálogo bilateral
entre los dos gobiernos,
lo es, pero si lo que quieren es internacionalizar el conflicto,
acelerar los procesos de desestabilización y derrocar al gobierno de
Venezuela, no lo es.
Desde el punto de vista de la paz, es un crimen, pero al poder mundial que actúa
a través de EEUU
e Israel, le parece que esa es la mejor
salida. La prepotencia imperial los ha
conducido a un paso en falso. Nadie
sensato los va a acompañar.
El imperio ha entendido que no puede enfrentarse en bloque a la región latinocaribeña. La VII Cumbre en Panamá lo demostró. La decisión fue fomentar un conflicto intrarregional,
luego internacionalizarlo, sacarlo de
las competencias de Unasur y llevarlo a
instancias internacionales más
fáciles de manipular. En Colombia tienen 7 bases militares, una no declarada de Israel y un ejército paramilitar integrado por criminales, infiltrados ya en Venezuela, participando en la guerra de baja intensidad.
Han llevado al extremo el contrabando, legalizándolo, la guerra contra el bolívar y la
desestabilización
de la economía venezolana
hasta que el presidente
Maduro reaccionó cerrando la frontera y
proponiendo una negociación a nivel
presidencial. Santos se apresuró a convocar de urgencia una reunión de Unasur y el presidente Maduro propuso la formación de una comisión
paritaria que se trasladara a la
frontera. La ultraderecha reaccionó por instrucciones
del poder mundial y decidió salirse de Unasur y llevar el caso ante la CPI.
Prefieren mantenerse aliados del gobierno de EEUU, no del pueblo afectado por la pobreza y la
discriminación racial. La "valentía" que muestran para llevarnos ante la CPI, es la que
no tienen para denunciar a los soldados estadounidenses que violan a las niñas colombianas.
Ante la fuga de Colombia de las instancias regionales, ¿podríamos insistir en una negociación presidencial sin condiciones previas,
dejándolos sin máscaras?
Están destruyendo el proceso de integración que unidos nos ha hecho recuperar
dignidad y fuerza
internacional. Tienen aviones, bombas, cañones y misiles y al frente a
los peores mercenarios
de la tierra. Los derrotaremos con la
paz. Sin fanfarronería y con la seguridad de que no representan la dignidad del pueblo colombiano, les decimos ¡No pasarán!
Julio escalona
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