La
estadística es imprescindible como instrumento en las ciencias para obtener
éxito en cualquier investigación. Las muestras
se obtienen con la intención de inferir propiedades o el comportamiento
de la totalidad de una población. Mientras
mayor es la muestra, entonces mayor es el grado de certeza. La selección de la
muestra y su tamaño es competencia de
expertos.
En nuestro
país las compañías encuestadoras en elecciones presidenciales toman un rango de
muestras oscilando entre las ochocientas y dos mil quinientas personas. En las
recientes elecciones todas estas empresas erraron en sus predicciones, pero estos
resultados no son óbice para descalificarlas. Ellas harán sus respectivos
análisis de este descalabro.
En
Venezuela se realizó una encuesta con una muestra muy alta que casi alcanzó al
cien por ciento del universo y realizada por
el encuestador Consejo Nacional Electoral, reconocido por muchos países
e instituciones y al cual la derecha apátrida trata de descalificar. El sondeo demostró que políticamente el país
está divido en dos toletes casi del mismo tamaño y que hubo un desplazamiento
de una gran cantidad de votantes de un tolete en beneficio del otro.
Del
total de votantes hay un sector que, después de aprobada la Constitución que
nos rige, tiene derecho al voto; es el sector militar, gran logro del
Comandante Supremo. Podemos sentirnos optimistas en este ámbito,
considerando que el porcentaje de votos
según las tendencias es igual al porcentaje nacional. Pero, optimismo que
desaparece si reflexionamos sobre la influencia que tienen los medios de
comunicación y las redes sociales sobre
los jóvenes oficiales, ellos no son inmunes a este dominio, la tecnología la
tienen en sus manos. Se debe considerar
también que al culminar su pregrado a los nuevos oficiales se les premia con
sendos automóviles y exclusivas tarjetas de crédito. Expedita entrada al
fascinante mundo del consumismo que tanto criticamos.
Sin
duda alguna Hugo Rafael Chávez Frías tenía gran ascendencia en toda la Fuerza
Armada Nacional. A quien se le respetaba y obedecía por su carisma, por su
calidad humana y por ser un óptimo producto del sector castrense. Estos
factores contribuyeron para que se
consolidara un gran vínculo afectivo e ideológico en torno al Comandante.
La gran pregunta es ¿Se diluyó esa conexión con la desaparición física del presidente Hugo
Chávez?
Ahora
entiendo hacia donde, a quienes estaba y está dirigido el disociador y
manipulador mensaje de la oposición “Maduro no es Chávez”. La intención es de
socavar las bases de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
Mosca pues, si queremos seguir teniendo patria y honrar
la memoria de Chávez.
Noel Martello