Todo modelo social y económico plantea visiones de la vida y de la realidad acordes a sus intereses y fines.
El esquema neoliberal ofrece un enfoque utilitarista de la vida, convierte todo en mercancía, entre ellos al ser humano con sus conocimientos y corporeidad, y al medio ambiente con todos sus recursos.
Los procesos irresponsables de industrialización han generado pobreza, explotación humana y a la vez han destruido a nuestro planeta. Recalentamiento global, contaminación del agua, del aire, esterilización de los suelos, avance de la desertificación y amenaza o total extinción de algunas especies animales, son unas de las tantas consecuencias de la depredación ambiental y de esta vorágine tecno industrial propia del capitalismo.
El desarrollo sustentable es aquel que escucha el latido y el rugir de la tierra, es la clave para entender el cómo nos tenemos que relacionar con el ecosistema. Es esencial en primer lugar, que exista un nivel de conciencia colectiva que nos ayude a ver el medio ambiente como nuestro hogar y que establezcamos con éste una relación con auténtico sentido humano. El culto al ecosistema es un camino válido para esto y el amor que le expresemos debe tener muestras que garanticen nuestra correspondencia con la Madre Tierra. Por ejemplo las campañas de reforestación, las limpiezas de playas y el aseo de nuestras calles son acciones concretas para tal fin.
Un segundo nivel del desarrollo sustentable es el que surge de la planificación urbana tomando el hábitat como referencia. El cuidado y la creación de pulmones vegetales, el control racional de los recursos especialmente del agua, el reciclaje de los desechos sólidos, el tratamiento de las aguas servidas y el uso de energía solar son aspectos estratégicos en una visión más humana y de respeto hacia el medio ambiente. ¿Estamos como sociedad caminando en la construcción de esta conciencia?
Martín Zapata
Rector Universidad Católica Santa Rosa
Los procesos irresponsables de industrialización han generado pobreza, explotación humana y a la vez han destruido a nuestro planeta. Recalentamiento global, contaminación del agua, del aire, esterilización de los suelos, avance de la desertificación y amenaza o total extinción de algunas especies animales, son unas de las tantas consecuencias de la depredación ambiental y de esta vorágine tecno industrial propia del capitalismo.
El desarrollo sustentable es aquel que escucha el latido y el rugir de la tierra, es la clave para entender el cómo nos tenemos que relacionar con el ecosistema. Es esencial en primer lugar, que exista un nivel de conciencia colectiva que nos ayude a ver el medio ambiente como nuestro hogar y que establezcamos con éste una relación con auténtico sentido humano. El culto al ecosistema es un camino válido para esto y el amor que le expresemos debe tener muestras que garanticen nuestra correspondencia con la Madre Tierra. Por ejemplo las campañas de reforestación, las limpiezas de playas y el aseo de nuestras calles son acciones concretas para tal fin.
Un segundo nivel del desarrollo sustentable es el que surge de la planificación urbana tomando el hábitat como referencia. El cuidado y la creación de pulmones vegetales, el control racional de los recursos especialmente del agua, el reciclaje de los desechos sólidos, el tratamiento de las aguas servidas y el uso de energía solar son aspectos estratégicos en una visión más humana y de respeto hacia el medio ambiente. ¿Estamos como sociedad caminando en la construcción de esta conciencia?
Martín Zapata
Rector Universidad Católica Santa Rosa