jueves, 23 de octubre de 2025

¿QUIERES O NO QUIERES LA PAZ?


¿QUIERES O NO QUIERES LA PAZ?

Hola, amiga(o) pensante:

Puedes estar rodeado de la más absoluta paz exterior,

pero si dentro de ti se desatan los demonios mentales,

si la hiperactividad pensativa, los recuerdos y las imaginaciones desbocadas te dominan,

sufrirás tu propio tormento.

Nada de lo que ocurra afuera cambiará lo que tú no has logrado gobernar por dentro.

La responsabilidad psicológica con uno mismo es intransferible.

La ayuda solo es posible si el afectado coopera.

Ponerle el hombro no significa cargarlo mientras él disfruta su alivio.

Nuestro cuerpo puede ser entregado a médicos para intervenirlo mientras dormimos,

pero la mente no se desconecta sin consentimiento.

Ni la sugestión ni el hipnotismo pueden sustituir tu voluntad.

Todos queremos paz: social, familiar, interior.

Sabemos que la paz mejora nuestra calidad de vida.

Pero hay que entender que la paz interior depende exclusivamente de ti.

Sí, exclusivamente.

El mundo no se ajustará a tus deseos ni a tus debilidades.

Tú debes conducir tus pensamientos y emociones,

para no convertirte en víctima impotente de las influencias externas.

Nadie escapa a los focos tormentosos del entorno:

familia, trabajo, vecindario, país, planeta…

Las ondas de choque están por todas partes,

y pueden golpear tu calma, tu paz, tu serenidad.

Hoy, más que nunca, los acontecimientos del mundo exigen

elevar nuestros estándares de valores y fortalezas psíquicas.

No es tiempo para la ociosidad mental,

y menos aún si reconoces fallas en tu autocontrol emocional o mental.

¿Quieres paz o no quieres paz?

¿Qué estás haciendo por la paz?

Tal vez aportar a la paz exterior te quede grande,

pero no hacer nada por tu paz interior… eso es inadmisible.

Podríamos listar los beneficios de mantener la paz interior,

pero lo que se necesita es consciencia.

Sabes bien cuán calmado eres,

cuán fácil caes en tristeza, depresión, angustia, enojo, rabia…

Sabes también cómo el entusiasmo transforma tu vida.

Si sabes que no tienes paz interior,

y no haces nada por alcanzarla,

entonces mejor que te coma el tigre.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos / De Caripito hasta los tuétanos

jueves, 16 de octubre de 2025

miércoles, 15 de octubre de 2025

De Nobel a Nobel Carta abierta a María Corina Machado



Carta abierta a María Corina Machado
Por: Adolfo Pérez Esquivel 12-10-25


    Te envío el saludo de Paz y Bien que tanto necesita la humanidad y los pueblos que viven en la pobreza, conflictos, guerras y hambre. Esta carta abierta es para expresarte y compartir algunas reflexiones.


    Me sorprendió tu designación como Premio Nobel de la Paz que te otorgara el Comité Nobel. Me vino a la memoria las luchas contra las dictaduras en el continente y en mi país bajo dictaduras militares que soportamos desde 1976 hasta 1983 y resistimos las cárceles, torturas y el exilio con miles de desaparecidos, niños secuestrados y desaparecidos y los vuelos de la muerte de los cuales soy un sobreviviente.


    En 1980 el Comité Nobel me otorga El Premio Nobel de la Paz, han pasado 45 años y continuamos trabajando al servicio de los más pobres y junto a los pueblos latinoamericanos. En nombre de todos ellos asumí esa alta distinción, no por el Premio en sí, es por el compromiso junto a los pueblos compartiendo las luchas y esperanzas para construir un nuevo amanecer . La Paz se construye día a día y debemos ser coherentes entre el decir y el hacer.


    A mis 94 años continúo siendo un aprendiz de la vida y me preocupa tu postura y decisiones sociales y políticas. Por lo tanto, te envío estas reflexiones.


    El gobierno venezolano es una democracia con sus luces y sombras, Hugo Chávez marco el camino de libertad y soberanía del pueblo y lucho por la unidad continental, fue un despertar de la Patria Grande. Estados Unidos lo atacó permanentemente, no puede permitir que ningún país del continente salga de su órbita y la dependencia coloníal; continúa sosteniendo que América Latina es su “patrio trasero”. El boqueo a Cuba por los EEUU durante más de 60 años es un ataque a la libertad y derecho de los pueblos. La resistencia del pueblo cubano es un ejemplo de dignidad y fortaleza


    Me sorprende cómo te aferras a los Estados Unidos y debes saber que no tiene aliados, ni amigos, solo tiene intereses. Las dictaduras impuestas en A. Latina fueron instrumentadas por sus intereses de dominación, destruyendo la vida y organización social, cultural y política de los pueblos que luchan por su libertad y autodeterminación. Los pueblos resistimos y luchamos por el derecho a ser libres y soberanos y no colonia de los EEUU.


    El gobierno de Nicolás Maduro vive bajo amenaza de los Estados Unidos, el bloqueo, basta tener presente las fuerzas navales en el Caribe y el peligro de invasión a tu país. No has dicho una palabra o apoyas la injerencia de la gran potencia contra Venezuela. El pueblo venezolano esta listo para enfrentar la amenaza


    Corina te pregunto. ¿Por qué llamaste a los EEUU para que invada Venezuela.?- Al recibir el anuncio que te otorgaron el Premio Nobel de la Paz se lo dedicaste a Trump. El agresor a tu país, mintiendo y acusando a Venezuela de ser narcotraficante, mentira semejante a la de George Bush que acusó a Sadam Husein de tener “armas de destrucción masiva”. Pretexto para invadir Irak y saquearla provocando miles de víctimas, mujeres y niños. Estuve al final de la guerra en Bagdad, en el hospital pediátrico, y pude ver la destrucción y muertes por aquellos que se proclaman los defensores de la libertad. La peor de las violencias es la mentira.


    No olvides Corina que Panamá fue invadido por los EEUU provocando muertes y destrucción para capturar un ex aliado, el general Noriega, la invasión dejo a 1200 muertes en Los Chorrillos. Hoy , EEUU pretende apoderarse nuevamente del Canal de Panamá. Es una larga lista de intervenciones y dolor en América Latina y el mundo por EEUU. Aún continúan abiertas las Venas de América Latina, como dice Eduardo Galiano.


    Me preocupa que no hayas dedicado el Nobel a tu pueblo y si al agresor de Venezuela. Creo Corina que tienes que analizar y saber dónde estás parada, si eres una pieza más del coloniaje de EEUU sometida a sus intereses de dominación, lo que nunca puede ser para el bien de tu pueblo. Como opositora al gobierno de Maduro, tus posturas y opciones generan mucha incertidumbre, recurres a lo peor cuando pedís que EEUU invada Venezuela.


    Lo importante tener presente que construir la Paz requiere mucha fuerza y coraje en bien de tu pueblo, que conozco y quiero profundamente, dónde antes había chabolas en los cerros sobreviviendo en la pobreza e indigencia, hoy hay viviendas dignas, salud, educación y cultura. La dignidad del pueblo no se compra ni se vende.


    Corina, como dice el poeta: Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Ahora tienes la posibilidad de trabajar para tu pueblo y construir la Paz, no provocar mayor violencia, un mal no se resuelve con otro mal mayor, solo tendremos dos males y nunca la solución del conflicto.


    Abre tu mente y corazón al diálogo, al encuentro de tu pueblo, vacía el cántaro de la violencia y construye la Paz y unidad de tu pueblo para que entre la luz de la libertad e igualdad.





lunes, 13 de octubre de 2025

domingo, 12 de octubre de 2025

"Trump se ha llevado una buena bofetada al quedarse sin el premio Nobel de la Paz"


 

    José Manjón, escritor y analista del Instituto Español de Geopolítica, José Manjón adopta una postura crítica pero mesurada ante la decisión del Comité Nobel, interpretando el resultado como una maniobra diplomática más que como una elección por mérito. Señala que la exclusión de Trump era previsible por el perfil ideológico de quienes otorgan el premio y sugiere que el galardón fue entregado a una figura cercana a Estados Unidos con el fin de evitar dárselo al propio expresidente. Considera que se trata de un gesto simbólico, una “bofetada política” hacia Trump, más que de un reconocimiento con peso real.

     Christian Lamesa, analista internacional, comparte en gran parte la lectura crítica, aunque desde una perspectiva más ideológica y geopolítica. Coincide con Manjón en la pérdida de prestigio del Premio Nobel, pero va más allá al calificarlo como un reconocimiento completamente desprestigiado y manipulado por intereses occidentales y antirrusos. Subraya la ironía de que Putin elogiara a Trump por sus supuestos esfuerzos por la paz y argumenta que, si Rusia tuviera influencia en el comité, el expresidente estadounidense habría sido reconocido. Lamesa repasa precedentes polémicos del Nobel, como los otorgados a figuras como Obama o a organizaciones vinculadas a Ucrania y Bielorrusia, para reforzar su tesis de parcialidad política.

    Christian López, analista de política internacional, adopta un tono más argumentativo y estructurado, centrando su crítica en la incoherencia del Comité Nobel desde una perspectiva histórica. Recuerda que el premio a Barack Obama en 2009 —otorgado apenas nueve meses después de asumir la presidencia y en medio de guerras activas— evidenció el sesgo ideológico del comité, al que define como un reducto del progresismo occidental y un instrumento de la agenda políticamente correcta. Aun reconociendo que la obsesión de Trump con el Nobel es desmedida, López la compara con la búsqueda de redención de Michael Corleone en El Padrino III, interpretándola como una necesidad de reconocimiento y legado político.

 

https://www.youtube.com/watch?v=3xY5sk7S_g8&t=17s



sábado, 11 de octubre de 2025

¿Alguien, en verdad, cree que María Corina Machado es una paloma de la paz?

  
 

    Supongo que en las bases de la oposición radical habrá individuos que, de buena fe, consideren a María Corina Machado una persona que lucha por la paz. Lo supongo porque sé que de todo hay en la viña del señor, incluyendo gente de “una ingenuidad rayana en la pendejería”, como acostumbraba decir el gran profesor Alexis Márquez Rodríguez, en la Escuela de Comunicación Social de la UCV.

    Pero tengo la sospecha de que hasta los más fervientes partidarios de la dirigente ultraderechista están convencidos de que ella encarna todo lo contrario. Es más, no solamente están convencidos, sino que por eso es que la admiran y la siguen. Si ella, en un giro insólito de la vida (un milagro de San José Gregorio o un evento cerebral extraño, como los que resuelve Doctor House), se convirtiera de repente en una versión femenina de Mahatma Gandhi, ese segmento de la población terminaría por repudiarla, etiquetarla como otra alacrana vendida al régimen y apedrearla sin misericordia en las redes sociales.

         En rigor, si uno se pone a buscar a alguien nacido acá que esté más lejos que ella de cualquier idea de paz, será difícil encontrarle rivales, al menos entre la población mentalmente saludable.

    Ella se ha esforzado en acaparar todo el rencor de clase, el odio político, el afán de revancha violenta de la extrema derecha venezolana. Por eso, insisto, es que la siguen quienes lo hacen; y por eso es que la premian las élites mundiales.

    Por supuesto que Machado tiene, dentro del espectro opositor, notables competidores en eso de acumular malos sentimientos, mala fe y mala entraña. Pero ella ha alcanzado niveles olímpicos, necesario es reconocérselo. Lo siento por los otros odiadores odiosos, pero han sido derrotados sin atenuantes. De pana.

    Esos competidores deben andar ahora más envenenados todavía, por la corrosiva envidia generada por el Premio Nobel. Para fortuna de ellos, la calentera la pueden pasar en Madrid, Bogotá y —por ahora— en Miami.

    Pero, volvamos al tragicómico contrasentido que caracteriza a este sector del antichavismo rabioso. Los maricorinos y las maricorinas están requete felices por el premio otorgado a su lideresa, pero no porque sean pacíficos ni mucho menos pacifistas. Es una de esas paradojas tan propias del mundo al revés sobre el que ironizaba el gran Galeano: el Nobel de la Paz es entendido en este trance como el ariete propagandístico para legitimar una agresión armada que “va a pasar”. Es un premio a la paz para detonar la guerra y concretar el viejo sueño de borrar del mapa a todo aquel que huela a bolivariano. Si usted cree que es una exageración, paséese un rato por las redes sociales para que constate que los influenciadores, bots y muchos comentaristas espontáneos están en modo “¿adónde se van a meter ahora los capitostes del rrrégimen y los comelentejas con gorgojos?”. ¡Paz y amor, pues!

    “¿A quién se le ocurre?”

    Carmen, mi mamá, solía usar la frase “¿a quién se le ocurre…?” para señalar los asuntos desprovistos de cualquier lógica. En este caso, calza muy bien:

    ¿A quién se le ocurre que es emblema de la paz una persona que ha solicitado y aplaudido el bloqueo y las medidas coercitivas unilaterales que tantas muertes, enfermedades, ruina y migraciones han causado en todos los niveles socioeconómicos del pueblo?

    ¿A quién se le ocurre que está interesada en la paz una señora que tiene años invocando tratados imperiales caducos y alianzas militares foráneas para que invadan Venezuela?

    ¿A quién se le ocurre que tiene vocación de paz quien ha instigado disturbios muy cruentos, utilizando jóvenes intoxicados con sus ideas, convenientemente aliñadas con drogas de diseño, que llevaron al país al borde de la guerra civil?

    ¿A quién se le ocurre que puede ser un ícono de paz alguien que pidió apoyo al carnicero Netanyahu para una operación militar en Venezuela y que respalda a tal sujeto en el genocidio de Palestina?

    ¿A quién se le ocurre que puede ser amante de la paz una mujer que comparte ideales con Álvaro Uribe, alias “el Matarife”? (Uno de los primeros en felicitarla, dicho sea de paso).

    ¿A quién se le ocurre que merece un Nobel de la Paz quien ha aplaudido el secuestro de compatriotas en EEUU, su envío a campos de concentración en El Salvador y el bombardeo de lanchas, supuestamente venezolanas en el mar Caribe?

    ¿A quién se le ocurre que merece un premio “de la paz” una persona que ha boicoteado el diálogo y ha estigmatizado a los dirigentes políticos que se han acogido a ese mecanismo de conciliación política?

    Si se hace una revisión de la trayectoria de Machado desde que apareció en la escena política —el 12 de abril de 2002, apoyando el decreto de tierra arrasada de Pedro Carmona Estanga—, se puede concluir que ella es contraria a la paz en cualquier plano que se le analice. Su proceder, su discurso, su imagen y su estilo son pura violencia, guerra, odio y camorra.

    La compleja cuestión de los no elegidos

    Al margen del debate interno sobre si una delirante belicista merece un premio como ese, han surgido dos bloques (muy diferentes entre sí) de cuestionamientos al fallo del comité del Nobel, desde el ángulo de los no elegidos.

    Por un lado está el despecho rockolero de Donald Trump, quien de un modo muy propio de él, caricaturesco y repulsivo, había hecho campaña para que le otorgaran el galardón, argumentando que había acabado con siete guerras y media, algo nunca visto en la historia de la humanidad.

    Al jefe de Prensa de la Casa Blanca le tocó el papelón de salir a exponer los lloriqueos de Trump, quien, luego, respirando por la herida, se refirió a la ganadora sin dignarse a mencionarla por su ilustre nombre, a pesar de que ella, tan magnánima, le dedicó su premio.

    Ya veremos cómo se resuelve este embrollo entre ricachones narcisistas, del que es mejor, mantenerse a prudente distancia, pero lo que debe llamar a reflexión y debate de los no elegidos es aquello que está en el otro extremo de la pataleta de Trump. Me refiero a los genuinos luchadores por la paz que fueron ignorados por los jueces del Nobel. Y, con ellos, los genocidios y crisis humanitarias que, con ese gesto, se pretende borrar; y las situaciones que se quiere inflar hasta llevarlas a la categoría de conflictos.

    Al premiar a Machado se desvía algo así como 10 mil 500 kilómetros el foco de atención del holocausto de Gaza para ponerlo en un país que está en procura de su recuperación integral, muy a pesar de los afanes de la premiada y del poder imperial estadounidense, sus aliados, satélites y lacayos.

    ¿Cuántas personas han dado la vida o se han sacrificado hasta límites heroicos para llevar algo de alivio a una región atacada de manera implacable por una potencia genocida? ¿No son acaso algunas de esas personas merecedoras del reconocimiento como luchadores por la paz? ¿No es cierto que ha sido Gaza el punto donde la paz ha sido más vulnerada y pisoteada durante el año correspondiente al premio?

    Personal médico, socorristas, transportistas, periodistas, activistas de derechos humanos fueron asesinados allí, en violación de todos los acuerdos internacionales para la regulación de la guerra. Pero, claro, premiar a alguna de esas personas o grupos habría sido equivalente a reconocer el genocidio y eso no va a hacerlo un país de la muy civilizada Europa, continente cómplice de la barbarie.

    Mientras los autores materiales e intelectuales de la invasión y el genocidio se reparten el botín de las ensangrentadas tierras palestinas, es conveniente enfilar baterías hacia otro territorio apetecido, como es la rica y bien ubicada Venezuela, haciendo ver que aquí hay una crisis política y humanitaria que debe resolverse con la intervención de las potencias democráticas occidentales. Y para lograrlo, como cañonazo —qué falta de respeto / que atropello a la razón—, disparan un Premio Nobel de la Paz.

(ClodovaldoHernández / Laiguana.tv)


TRUMP HOSPITALIZADO EN WALTER REED TRAS HINCHAZÓN y POSIBLE DERRAME

 

TRUMP HOSPITALIZADO EN WALTER REED TRAS HINCHAZÓN y POSIBLE DERRAME

    Trump fue ingresado ayer en el hospital Walter Reed en lo que ya no puede disfrazarse como “otro chequeo rutinario”. Los reportes oficiales dicen que hará un “examen semestral”, pero su historial reciente y los síntomas visibles obligan a cuestionar todo ese discurso. El jueves por la noche, la Casa Blanca confirmó que el presidente viajaría en helicóptero al hospital para “versus con tTRUMP HOSPITALIZADO EN WALTER REED TRAS HINCHAZÓN y POSIBLE DERRAMEropas y por su cita médica”, sin precisar por qué un segundo examen tan pronto después del que tuvo en abril.

    Desde su revisión en abril, cuando el doctor Sean Barbabella lo declaró “completamente apto”, han surgido múltiples señales que contradicen esa versión oficial. Primero, la hinchazón en sus tobillos: se le diagnosticó insuficiencia venosa crónica, condición común en gente mayor, pero que ya no es algo menor cuando un presidente camina lento y con dificultad. Segundo, moretones visibles en la mano derecha, los cuales la Casa Blanca atribuye a palmaditas de manos y uso de aspirina. Estos dos puntos —hinchazón pública y moretones visibles— provocaron que analistas médicas y medios empiecen a hablar de un posible deterioro más serio, incluso neurológico.

    Además, los comportamientos erráticos no han dejado de multiplicarse: discursos incoherentes frente a cámaras, declaraciones sin sentido, confusiones con términos constitucionales (como cuando preguntó “¿Suspender a quién?” en referencia al hábeas corpus), y lapsos en su discurso público que especialistas en salud mental empiezan a comparar con declives cognitivos tempranos. No es sólo una sospecha: psicólogos han señalado que hay un deterioro notable en su lenguaje, su control motor y su impulsividad, relativo al estándar que ya mostró en su primer mandato.

    El nuevo examen médico llega justo cuando Trump planea un viaje al Medio Oriente para aprovechar versiones de un posible acuerdo de alto al fuego en Gaza. La narrativa oficial sostiene que todo es normal, pero lo que vemos sugiere lo contrario. Lo más inquietante es que este no es un asunto de conspiraciones o exageraciones: es un tema de Estado. Un presidente que no distingue bien lo real y lo ficticio, que publica mensajes equivocados creyendo que son privados, que confunde derechos fundamentales y que no controla su cuerpo… eso no puede seguir siendo normalizado.

    Estamos ante un momento que exige vigilancia: ¿qué tan profundo es el deterioro? ¿Quién está tomando decisiones reales? ¿Por cuánto tiempo más se podrá sostener esta ficción médica? Lo que viene definirá qué tan frágil puede tornarse una presidencia dependiente de sus aparatos.

Casa Blanca critica Nobel de la Paz a María Corina Machado: "El Comité antepone la política a la paz"

 Casa Blanca critica Nobel de la Paz a María Corina Machado: "El Comité antepone la política a la paz"

    La Casa Blanca criticó este viernes la decisión del Comité del Premio Nobel de conceder el galardón de la Paz a una líder opositora venezolana, María Corina Machado, en lugar de al presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

    "El presidente Trump seguirá haciendo acuerdos de paz, terminando guerras y salvando vidas. Tiene el corazón de un humanitario y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de su voluntad", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Steven Cheung, en una publicación en la red social X.

    "El Comité Nobel demostró que antepone la política a la paz", agregó.

    "Tiene el corazón de un humanitario, y nunca habrá nadie como él, capaz de mover montañas con la fuerza pura de su voluntad", añadió Cheung.

    Trump deseaba ganar el Nobel de la paz

    Trump expresó en los últimos días su deseo de ganar el premio Nobel de la Paz, en momentos que negociaba un acuerdo entre Israel y el movimiento palestino Hamás sobre Gaza. El acuerdo se firmó el jueves.

    Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump había insistido repetidamente en que merecía el Nobel por su papel en la resolución de numerosos conflictos.

    Trump reiteró su afirmación en la víspera del anuncio del premio de la paz, diciendo que su mediación en la primera fase de un alto el fuego en Gaza esta semana fue la octava guerra que había terminado desde que volvió a la Casa Blanca.

    "Sea lo que sea que hagan, está bien. Sé esto: no lo hice por eso, lo hice porque he salvado muchas vidas", explicó.

    Los expertos en el Premio Nobel en Oslo habían insistido en los días previos al anuncio del viernes que Trump no tenía posibilidades, ya que sus políticas de América Primero contravienen los ideales del Premio de la Paz, según los términos establecidos en el testamento de Alfred Nobel de 1895.