Desde Caricuao, parroquia ecológica y revolucionaria de Venezuela, observamos nuestro entorno geográfico regional, nacional y mundial para permanecer informado e informar de los acontecimientos que ocurren constantemente.
miércoles, 13 de abril de 2016
martes, 12 de abril de 2016
Rubén Blades ¿verdad que la vaina duele?
Caramba
Rubén Blades, qué pequeño es el mundo y qué pronto se suceden los
acontecimientos, uno tras otro.
Leer
la defensa que haces de Panamá, ante el escándalo de los llamados Panama Papers, me traslada al
Blades de las décadas de los años 70, 80 y 90 que tuvo en la dignidad de los
pueblos latinoamericanos su mejor y mayor motivo para el canto, pero también
-inevitablemente-- al Blades que hace exactamente dos años (abril de 2014)
afinó su garganta contra Venezuela, país que —¿cómo negarlo?— empleó en las épocas citadas tus temas como doctrina melódica
para permearse de espíritu combatiente ante las felonías de la Cuarta
República.
Me
agrada que salgas lanza en ristre por el istmo. Confieso que me parece
nauseabundo que bastardos intereses asocien a Panamá únicamente con el mundo de
la delincuencia.
Suscribo
que la patraña de los Panama Papers “luce como una acción dirigida a lastimar, denigrar y a empantanar” el nombre de la nación.
Igualmente, cuando señalas que asignar el nombre de la Patria al caso “me luce
malintencionado, dirigido ex profeso a denigrar a nuestro país y/o para desacreditar
al presente Gobierno”.
Sé
lo que sientes, Blades, porque fue lo que sentí cuando hace dos años, en plena
guarimba asesina, arremetiste contra la también noble República Bolivariana de
Venezuela. Esa vez, pateando las letras de tus canciones, denigraste de Nicolás
Maduro porque “habla de pajaritos” y lo relacionaste con la presunta intención
de querer eliminar la mitad del país supuestamente integrada por adeptos a la derecha.
Además,
Blades, tocaste lo más sagrado que tenemos las y los venezolanos amantes de la paz, luego de Simón Bolívar: a Hugo Chávez. Lo
calificaste de inepto y de loco. No lo estoy inventando: guardo tus
declaraciones de entonces.
Escrito
esto, Blades, reitero mi solidaridad con Panamá en este momento ya ti te
pregunto: “¿Verdad que duele cuando hablan mal del país de uno con la sola
intención de joder?”
Ildergar gil
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