jueves, 18 de agosto de 2005

TIERRA OCUPADA

TIERRA OCUPADA
A Carlos Sequera
Extracto del libro Alegría de la Tierra, pequeña apología de nuestra agricultura antigua.
Mario Briceño Iragorry, 1897-1958

Cuando el Departamento de Estado creyó necesario a los intereses de Estados Unidos intervenir en la política de Nicaragua y de la República Dominicana, envió sus lindas y poderosas naves a las playas desguarnecidas de ambos países. La América hispana siguió con devoción ejemplar el calvario de Las Segovias, donde Sandino se convirtió en símbolo feroz de la resistencia contra el grosero invasor. Sandino no era un santo. Sandino fue una fuerza puesta al servicio de la América libre. La invasión se hacía entonces por medio del big stick con que el viejo cazador de tigres africanos quiso dominar la altivez de la América española.
Los medios han mejorado en los últimos años, y hoy para la ocupación no es necesario hacer uso de marinos ni de lindas naves de guerra. La ocupación se hace lentamente, suavemente, alegremente. No es preciso exponer el propio pellejo ni asustar a los indígenas. Todo lo contrario. Los indígenas se sienten profundamente complacidos. “No hay como los jugos americanos”, decía en estos días cerca de mí una fatua señora de la aristocracia caraqueña. “Eso de que a una no le quede ni el olor del verdín en la mano, es una gran cosa”. Esta señora es una legítima pitiyanqui, al servicio inconsciente de la invasión extranjera. Y lo que se diga de los enlatados, puede y debe decirse de los demás artículos importados. Son los marinos de la nueva ocupación, a quienes los alegres pitiyanquis abren festivamente los caminos de la nación.
Acabo de recorrer el inmenso valle de Quíbor y El Tocuyo. Hay sembrado un poco de sisal, que lejos de trabajarse en su totalidad, se exporta en su mayor parte como materia prima, con mengua de la industria nacional. La tierra está reseca y sedienta. También está sedienta la hermosa ciudad de Barquisimeto. Si esa tierra tuviese riego, allí crecería hasta el árbol del Bien y del Mal. Basta mirar las copas luminosas de los robles y de los araguaneyes que acusan la vecindad subterránea de las venas de agua, para pensar en el milagro que allí harían, sino unos embalses, al menos unos molinos de viento o unas bombas movidas con petróleo. Eso sería sembrar el petróleo para que naciese pan comestible. Pues en aquellos ardientes y desolados caminos se encuentra el pasajero a cada paso con los marinos de la ocupación. “Fume Camel”, “Tome Coca-Cola”, “El Chesterfiel es mejor”, “Sopa Continental de pollo y fideos”, Beba Bidú”, “Consuma Avena Quaker”, “Coma queso Kraft”. Se olvidan quienes plantan estos avisos que al hacerlo arruinan la soberanía económica del país. Digo mal. Quienes lo plantan no saben lo que hacen. Hay mayores de edad que pueden hablar por sí propios. Aquellos obran inadvertidamente, como el recluta que dispara inconsciente contra su hermano. Los culpables son los pitiyanquis, que hacen el juego a los invasores. El pueblo que consume estas cosas es empujado a ello por sólo la propaganda y la moda. La publicidad al servicio irrestricto del extranjero es como la tienda de los Esfialtes (1).
Ahora se le hace propaganda al camión amarillo de la “Coca-Cola”, como al “Mensajero de la Buena Vecindad”. Estamos. (En Francia e Italia se llama “cocacolos” a los pitiyanquis). A fin de que esa “buena vecindad” prospere, es necesario destruir todos los valores sencillos, ingenuos, amables que se conjugan para dar resistencia realista a las líneas morales de nuestra tradición nacional.
En Barquisimeto, tierra rodeada de ingenios y de trapiches, busqué un vaso de guarapo. Al fin de algunas vueltas, un chofer fue conmigo a la única guarapería que hay en la ciudad. Una sola venta de guarapo existe en la capital opulenta de la caña de azúcar. En cambio, la ciudad ofrece el espectáculo desagradable de que se vean por todas partes los llamativos avisos de las bebidas extranjeras. Cuando yo rodaba por las calles de Barquisimeto, pensaba si tiene algo que hacer la superficie comercial de esta gran urbe con la urbe antigua, donde la República tiene guardados tantos valores de entereza y de cultura.
A fuer de imaginativo fabriqué mil cuadros argumentados en los funestos avisos que despersonifican las ciudades de Venezuela. ¿No se habrán dado cuenta las autoridades de que estos vistosos avisos son en realidad como banderas que anuncian el triunfo del enemigo?. Para recibir a Bóves, los colonialistas de 1814 ocultaban el tricolor mirandino y vestían la ciudad con las banderas que simbolizaban la soberanía fernandina. Era el más elocuente testimonio de adhesión al régimen victorioso. Los anuncios de mercaderías yanquis son el testimonio de nuestra inconsciente renuncia a la soberanía nacional.
Pero estos diligentes marineritos que libran tierra adentro la batalla de la ocupación, tienen sus magníficos cuarteles en las capitales. En Caracas y Maracaibo, pongamos por caso, existen esas maravillosas tiendas que se llaman Sears Roebuck. Son pedazos de Broadway y Brooklin trasladados a nuestro patrio suelo. Parecidos a estos establecimientos debieron haber sido los depósitos de la Compañía Guipuzcoana, contra los cuales se levantó en nombre de la Patria, Juan Francisco de León. Estos grandes almacenes indican la plenitud de señorío de los yanquis en nuestro suelo. Cuando uno piensa en la Embajada Americana, dominando a la ciudad desde la sagrada eminencia de un repliegue del Ávila; en los grandes palacios de la Creole; en los súper-almacenes de Sears; en las primorosas exhibiciones de automóviles, y en los mercados del señor Rockefeller, se siente como si le estuviesen aplicando Seconal-sódico. La conciencia se deshace y no sabe uno que capítulo de la historia está viviendo. Pues bien, cuando se inauguran estos grandes teatros del mercantilismo yanqui, hay derroche de regocijo criollo, y hasta el Obispo, arreado de capa pluvial y brillante mitra, los bendice, como si se tratase de bendecir un manadero de agua clara.
Vigorosamente guarnecidas y vigiladas por el ojo militar pueden estar nuestras costas. Ello no obsta para que los marinos de la ocupación sigan entrando. Y sigan siendo alabados por los pitiyanquis. Su derrota y expulsión es problema de conciencia y problema de realidad. Necesitamos una vigilante actitud que nos permita detener el paso a estos festivos intrusos. Cerrar una fila de conciencias que ni se abran a los halagos fáciles ni se dejen rendir a los cantos de sirena. De otra parte, mirar hacia una tierra que pierde, por el abandono, su alegría salvadora. Lo que nos da su entraña opulenta, convertirlo en riego, en máquinas y abonos que hagan cuajar y multiplicar las diversas cosechas con que abastezcan las industrias y mercados. Nuestro petróleo y nuestro hierro, retornarlos a la tierra en ferrocarriles, en diques, en tractores, en molinos que aumenten la verdura de un suelo que pierde, por la sed y el abandono, la alegría antigua. La antigua alegría de las tierras cultivadas por hombres libres, que sabían vivir la digna pobreza con que aseguraba el derecho a morir como ricos e independientes...
Nota del transcriptor: (1) “Esfialtes” hijo de Euridemo de Malis. Traicionó al rey espartano Leónidas en [480 adC], ayudando al rey persa Xerxes I a encontrar otra ruta alternativa al paso de Termópilas. Esto permitió a los persas derrotar al pequeño bando de defensores espartanos, ninguno de los cuales sobrevivió. Esfialtes esperaba ser recompensado por los persas, pero terminó por no obtener nada cuando éstos fueron derrotados en la Batalla de Salamina. Esfialtes huyó entonces a Tesalia, con una recompensa pendiendo sobre su cabeza. Según Herodoto, fue asesinado aparentemente por otro motivo por Atenades de Traquia, sobre el [479 adC].

11 comentarios:

Anónimo dijo...

es una puta historia

Anónimo dijo...

solo es un montón de basura chavista, la historia verdadera no debe ser pintada de una forma tan absurda e idiota, ademas de que ni el mismo presidente deja de usar cosas " pitiyanquis" porque el Black Berry, el Twitter, y todos sus carros son importados del "imperio" para qeu el ande diciendo cosas tan estúpidas que solo otras personas aun mas estúpidas que el se creen

Anónimo dijo...

es tonto que alguien se ponga a decir que tal ensayo se trata d chavismo puesto que no se esta dentro de su cabeza como para saber que pensaba al escribirlo... el termino pitiyanqui se refiere a un venezlano que usa artefactos y cosas extranjeras, el presindente de hoy en dia de la republica utiliza mal este termino ya que el se refiere a los llamados pitiyanuis como los estadounidenses... asi que antes de hablar averiguen y utilicen el diccionario que para algo sirve

Anónimo dijo...

Estos escuálidos están bien desquiciados; decir que este texto es propaganda chavista es una demostración más de su imbecilidad y de su ignorancia. Este texto lo publicó don Mario en 1952 cuando Chávez todavía no había nacido, lo que pasa es que se ven retratados.

Anónimo dijo...

El termino esta mal usado porque Steven no sabe usar terminos aparte yo piendo que gracias a esos "pitiyanquis" abrieron paso a la globalizacion y si admiro a los estadounidenses porque tristemente ellos tiene un calidad de vida muchisima mejor que nosotros pero el hecho de eso no significa que no ame a mi pais, asi que pensemos un poco antes de usar los terminos

Anónimo dijo...

sincerasmente "que ignorancia" realmente traten de leer y ser constructivos su odio por el presindente los lleva cada dia a ser mas inferiores por eso es que NO VOLVERAN!!!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

definitivamente no se porque tanto pleito unos con otros, total ustedes pelean ,mientras ellos estan viviendo de los mas felices sus vidas

Anónimo dijo...

bueno solo les digo que esto nos ayuda a pensar bstnte xque no debemos preferir las cosas de otro lado solo la de nuestro paisssssssssss

Anónimo dijo...

Como todo chavista pendejo que cree en estas vainas se que solo soy un pelabolas

Kylcarolina dijo...

Esta lectura resalta la necesidad de teenr identidad nacional, de crear productos con sello venezolano, de querer nuestro pais, de que los gobiernos ofrezcan oportunidades de desarrollo en la parte de agricultura, es muy buena lectura para entender lo que es la soberania nacional y la identidad nacional.

Anónimo dijo...

Por el amor de cristo, como van a decir que son ideas chavistas... señores culturicense, que es chavista vean la fecha: Mario Briceño Iragorry, 1897-1958, en ese tiempo chavez ni pensaba q la llegaria ser presidente! soy apolitica para empezar, pero las cosas son como son no sean brutos leean antes de colocar una barbaridad!